30-04-2024 03:34 AM Tiempo de Jerusalén

Francia y su colosal sistema de explotación

Francia y su colosal sistema de explotación

La independencia de un grupo de Naciones del África Occidental se produjo en una coyuntura histórica que obligó al colonialismo establecido por Francia en la región a variar su sistema de explotación

La independencia de un grupo de Naciones del África Occidental se produjo en una coyuntura histórica que obligó al colonialismo establecido por Francia en la región a variar su sistema de explotación en el continente africano.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en la que miles de africanos combatieron palmo a palmo al lado de las tropas de las potencias victoriosas, resurgió con más vigor el sentimiento nacionalista en los hombres que regresaban del frente.

Las nuevas ideas se vertebrarían con las ansias independentistas que prevalecían en los antiguos luchadores anticoloniales desde mucho antes del fin del conflicto universal, que fueron desconocidas por las autoridades de Francia. La libertad frente a la barbarie fascista era sólo para las metrópolis europeas.

Después de la guerra, todas las potencias coloniales, incluida Francia, se negaron a concederle de inmediato la independencia a sus posesiones, y muy al contrario se empeñaron en reconstruir y reforzar el sistema de opresión y el saqueo de las riquezas naturales.

En muchos países se produjeron sangrientas masacres de la población al menor reclamo de libertades políticas o el cese de la esclavitud colonial. Las metrópolis trataban de mantener los métodos represivos sin advertir el cambio de época.

El escenario, en general, se modificaría progresivamente no sólo en las colonias galas, sino en todo el accionar opresivo europeo, mediante la lucha armada o política, según se actuara con adecuado realismo o se empecinara en sostener el abusivo sistema.

EN LA MEMORIA

La presencia de ciudadanos franceses en África comenzó con la participación en el tráfico de esclavos junto a portugueses, ingleses, españoles, holandeses y otros, con destino a las colonias en América y el Caribe. La trata fue iniciada por los portugueses, los primeros europeos en llegar al continente en el siglo XV.

El tráfico esclavista francés se dirigía a Guyana, en territorio sudamericano, y en el Caribe a Guadalupe, Martinica, San Pierre y Miguelón, y notablemente a Haití, en la isla La Española, territorio del que se apoderó en 1697, y cuya revolución en el siglo XIX marcaría un hito en la liberación del continente.

En las pugnas intercoloniales por el dominio de África, Francia obtuvo el control de una parte importante del África Occidental. La implantación del Colonialismo comenzó en la segunda mitad del siglo XIX. A finales de la centuria el país europeo había consolidado, lo que denominó África Occidental Francesa.

Ese imperio estuvo constituido por Senegal, Mali, Níger, Guinea, Costa de Marfil, Benin, Togo, Camerún, Congo (Brazzaville), Gabón, Burkina Faso, Mauritania, Chad y República Centroafricana. El territorio y la población del conjunto de países excedían en varias veces a los de la metrópoli.

Francia poseía además, posesiones en el Maghreb, en el norte de África, en el Cuerno de África, en el este, y el centro: y en el Océano Indico. Semejante poderío colonial sólo rivalizaba con el de Gran Bretaña. Esas dos naciones concentraban en su poder el mayor número de colonias en el continente.

En toda la primera mitad del siglo XX fue recrudecida la explotación colonial. Todas las protestas fueron duramente reprimidas por las tropas coloniales, se perseguía y se encarcelaba a sus dirigentes.

Guinea

En 1860 Francia estableció su protectorado en Guinea donde enfrentó la oposición de las tribus fulani y malinké. Cuando se acercaba el siglo de la presencia oficial de esa nación europea, sería el líder Ahmed Sekou Touré quien daría la clarinada que conduciría al desmantelamiento del imperio galo en la región.

Touré, un viejo luchador por la emancipación, llamó al pueblo a votar por la independencia en 1958 en un referendo que pretendía que se aceptara la pertenencia del país a una Comunidad que agrupaba a las colonias, encabezada por Francia.

Un aplastante rechazo a la Comunidad Francesa fue la respuesta popular. El pueblo votó como pidió Touré y demandó la independencia absoluta e inmediata del país. El 2 de octubre de ese año se proclamó la República de Guinea.

La Comunidad Francesa era una institución en la que la política exterior de los países, la defensa, el sistema monetario, la política económica y financiera, y en algunos casos el control de los órganos de justicia, educación, transportes y comunicaciones, estaba bajo la competencia de la potencia colonial.

Mil novecientos sesenta fue un año crucial para la región: Chad, Costa de Marfil, Congo (Brazzaville), Benin, Togo, Centroáfrica, Burkina Faso, entre otras, obtuvieron la independencia. Las que faltaron lo hicieron al año siguiente.

Quedaría desmantelado uno de los más colosales sistemas de explotación establecido por Francia en el África Occidental, que dejó una extensa estela de saqueos y sufrimientos en los pueblos de la región.


Roberto Correa Wilso - PL