Las Fuerzas Aéreas de EEUU están inquietas por el hecho de que Rusia haya desplegado en Siria sistemas de defensa antiaérea S-400 tras el derribo de su bombardero Su-24 por un caza turco...
Las Fuerzas Aéreas de EEUU están inquietas por el hecho de que Rusia haya desplegado en Siria sistemas de defensa antiaérea S-400 tras el derribo de su bombardero Su-24 por un caza turco, señala la revista norteamericana The National Interest.
Los aviones de caza estadounidenses no habían recibido nunca la orden de defender el espacio aéreo turco para el caso de una confrontación con la aviación rusa. Sin embargo, esto podría cambiar después de que Turquía provocó el incidente que llevó a la destrucción del bombardero ruso Su-24.
Desde noviembre, seis cazas estadounidenses F-15C y seis cazabombarderos F-15E se han desplegado en la base de Incirlik, en Turquía.
Las Fuerzas Aéreas de EEUU no podían haber previsto que la respuesta rusa al derribo de su bombardero fuera el envío del sistema S-400 Triumf a Siria así como del crucero lanzamisiles Moskva, que está equipado con el sistema de defensa antiaérea Fort, equivalente al S-300.
Según The National Interest, “el sistema S-300 es una amenaza mortal para los cazas ordinarios, tales como los F-15 y F-16”.
Esto puede aplicarse también al S-400 Triumf, que es “un sistema aún más amenazador”. Este sistema permite alcanzar objetivos que vuelan a una gran distancia en la profundidad del territorio turco.
Además, Rusia ha desplegado en Siria cazas avanzados Su-30SM y Su-27SM.
Los expertos norteamericanos consideran que Rusia ha creado una cúpula de protección o zona de exclusión aérea sobre Siria que los países enemigos de Damasco no pueden violar.
En este momento, EEUU y Rusia elaboran un documento que permitirá a los aviones norteamericanos defender el espacio aéreo turco. Los detalles de este acuerdo están siendo todavía discutidos.
“Reglas sobre el contacto son necesarias para evitar una repetición del incidente del derribo del bombardero ruso SU-24”, informó The National Interest.
El pasado 24 de noviembre, un caza turco F-16 del Ejército del Aire turco abatió un bombardero ruso Su-24 implicado en la campaña de ataques aéreos contra posiciones de grupos terroristas en Siria.