24-04-2024 06:50 AM Tiempo de Jerusalén

Analistas árabes: La Liga Árabe, una entidad muerta y una cáscara vacía

Analistas árabes: La Liga Árabe, una entidad muerta y una cáscara vacía

El líder del Partido Nasserista de Egipto ha condenado la reciente decisión por parte de la Liga Árabe, bajo presión saudí, de calificar al movimiento de resistencia libanés como “terrorista”

El líder del Partido Nasserista de Egipto, Mohammed Abu al Ala, ha condenado la reciente decisión por parte de la Liga Árabe, bajo presión saudí, de calificar al movimiento de resistencia libanés como “terrorista” y dijo que la Liga es una “entidad muerta” para los pueblos árabes.

“Las decisiones de la Liga Árabe no están en ninguna forma vinculadas a los objetivos que fueron marcados durante su establecimiento y están en consonancia con los complots trazados por las potencias occidentales”, dijo Abu al Ala.

Él dijo que los países árabes son ahora el blanco de dichos complots para fomentar conflictos sectarios.

“La decisión de la Liga Árabe de calificar a Hezbolá de “terrorista” ha demostrado que dicha organización se ha convertido en un aliado de EEUU e Israel y que toma decisiones con el fin de acatar las órdenes de estos últimos a la vez que ignora la voluntad y las demandas de la población árabe”, señaló.

Por su parte, el periodista Karim Mohsen escribió en la publicación argelina L´Expression que “tras meses de silencio y después de cinco años en que numerosos países árabes han vivido dramas sangrantes, la llamada Liga Árabe salió a escena el miércoles en Túnez, donde algunos ministros del Interior árabes ofrecieron una nueva muestra de estupidez que desafía el entendimiento. Ellos clasificaron al movimiento shií libanés Hezbolá como una organización terrorista, un hecho aplaudido por Israel.

Lo que es terrible -además de que éste no era un tema incluido en el orden del día de la reunión- es el hecho de que esta decisión fue tomada sin ninguna discusión previa, sino siguiendo las instrucciones de Arabia Saudí, la jefa de las monarquías del Golfo.

En verdad, la Liga Árabe dio ya muestras de su indignidad al autorizar la expulsión de Siria en 2012, pese a ser miembro de la organización. Arabia Saudí pretendía dar el asiento de Siria en la Liga a los rebeldes aliados del grupo yihadista Frente al Nusra, la rama de Al Qaida en Siria, Ahrar al Sham y otros terroristas. Son estos últimos los que han arrasado a Siria a sangre y fuego desde Marzo de 2011.

A excepción de varios países -Argelia, Iraq, Líbano, Siria y Túnez- el resto han dado muestras de un seguidismo vergonzoso.

He aquí, pues, a qué nivel ha quedado reducida la Liga Árabe, que no sirve a los intereses del mundo árabe y no ha sido más que un sindicato de dictadores y de monarquías absolutistas. Por supuesto, las decisiones de ese grupo no cambian para nada la suerte de un mundo árabe, que ha sido tomado como rehén por acontecimientos sobre los que no tiene control y que están a cargo de potencias extranjeras, a las que dichos gobiernos árabes siguen con una obediencia perruna.”

Mohsen denuncia también la decisión de la Liga de apoyar la agresión a uno de sus miembros, Yemen, que ha sido objeto de una fracasada agresión militar saudí y de sus socios de coalición. La Liga no condenó tampoco la agresión contra Libia, otro de sus miembros, por parte de la OTAN, Francia y Gran Bretaña en 2011. Fue la presión de un estado minúsculo, Qatar, la que impidió tal condena y favoreció la expulsión de Siria de la organización.

Él considera que la Liga Árabe “no ha justificado nunca su razón de ser y no es más que una cáscara vacía, una marioneta que obedece al poderoso de turno -ya sea Egipto, Qatar o Arabia Saudí- y a las órdenes venidas de las potencias occidentales”.

“En su última acción de desprestigio, la Liga favorece ahora, bajo instrucciones del régimen saudí, que ha repartido dinero entre algunos de los miembros de la Liga, la fitna (división) entre musulmanes (shiíes y sunníes) con el fin de llevar al mundo árabe aún más hacia el abismo”, concluye Mohsen.