10-05-2024 10:46 AM Tiempo de Jerusalén

¿Quién Está Detrás de los Enfrentamientos en Trípoli?

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La situación en la ciudad de Trípoli, en el norte de Líbano, ha mejorado gracias al despliegue del Ejército y las fuerzas de seguridad libanesas, aunque siendo todavía frágil.

La situación en la ciudad de Trípoli, en el norte de Líbano, ha mejorado gracias al despliegue del Ejército y las fuerzas de seguridad libanesas, aunque siendo todavía frágil. Más refuerzos han sido enviados desde la capital Beirut con el fin de fortalecer dicha presencia. Con esta medida, el gobierno libanés confía en poner fin a varias semanas de choques entre extremistas salafíes y miembros de la comunidad alauí, que han dejado un balance de 10 muertos, incluyendo dos soldados, y más de 50 heridos.

Según el periódico libanés Al Ajbar, los servicios de seguridad del Ejército libanés detuvieron el miércoles a dos miembros de Al Qaida en el barrio de Ain el Mraissé, en Beirut. Estas detenciones forman parte de la campaña del gobierno libanés para desmantelar la red que la organización terrorista posee en el Líbano e impedir el tráfico de armas hacia la oposición siria, que lucha contra el gobierno de Damasco.

Según el periódico, los dos sospechosos son Samir K., de nacionalidad siria, y Anas A., cuya nacionalidad no ha sido revelada. Ellos habían viajado a Líbano para comprar armas, afirmaron las fuentes de seguridad. Citando una fuente diplomática, el diario señaló que estos arrestos forman parte de la lucha antiterrorista del Líbano y habrían sido realizados gracias a informaciones suministradas por el servicio de inteligencia de un gran país europeo.

Shadi MaulawiPor otro lado, el diario en lengua árabe Al Hayat ha revelado que la Seguridad General desarticuló el viernes una red de seis personas, incluyendo al conocido militante Shadi Maulawi. Este último reconoció en un interrogatorio ser miembro de Al Qaida “a nivel logístico”. Un jordano, un qatarí y un palestino fueron igualmente detenidos bajo los cargos de mantener vínculos con la citada organización terrorista. Durante su interrogatorio, Maulawi reconoció haber recibido dinero de diversas personalidades de Arabia Saudí, Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos.

Según otro diario libanés, Al Safir, el arresto de Maulawi ha sido sólo la punta del iceberg. Los servicios de seguridad libaneses poseen múltiples informaciones sobre la existencia de células y grupos terroristas en Líbano. Según dichos servicios uno de estos grupos estaría planeando llevar a cabo atentados contra personalidades libanesas pertenecientes a la coalición del 8 de Marzo, que detenta en la actualidad el gobierno y mantiene buenas relaciones con Siria. En lo alto de esta lista estaría el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, líder del movimiento shií Amal.

A este nombre, el diario An Nahar añade varios otros, que habrían “recibido cartas de los servicios de seguridad en los que les piden que sean prudentes y vigilantes,” señaló An Nahar. Entre ellos cabe citar al líder del Partido de la Unificación, Wiam Wahhab; el ex jefe de las Fuerzas de Seguridad Interior, Yamil Sayyed; y el ministro de Sanidad actual, Ali Jalil.

Por su parte, el Movimiento del Futuro, liderado por Saad Hariri, que goza del apoyo de EEUU y el régimen saudí, ha lanzado una campaña mediática para condenar el arresto de Maulawi y los otros miembros de grupos extremistas detenidos por la seguridad libanesa. Hariri ha pedido una intervención extranjera en Siria y el derrocamiento del presidente Bashar al Assad.

Algunos cientos de jóvenes seguidores o simpatizantes de ese partido bloquearon las carreteras que conducían a la ciudad para pedir la liberación de Maulawi, a la vez que mostraron su oposición al gobierno de Beirut y atacaron a las fuerzas de seguridad y el Ejército, lo cual dio lugar a diversos enfrentamientos armados.

Tráfico de armas hacia Siria

El puerto de Trípoli ha jugado, según medios occidentales, un papel importante en el tráfico de armas hacia los grupos armados sirios que luchan para derrocar al régimen de Assad. El pasado mes, la Marina libanesa interceptó un barco, el Lutfullah II, que llevaba armas y municiones, procedentes de Libia, para el Ejército Libre Sirio, la principal organización armada de la oposición siria.

Por dicho puerto, han circulado también mercenarios árabes, principalmente de Libia, que buscan entrar en Siria a través de la porosa frontera libanesa. Sus viajes y armas han sido también pagados y financiados por algunos países del Golfo, incluyendo Arabia Saudí y Qatar, que son los principales sostenedores de los grupos armados sirios. Estos gobiernos buscan la caída del gobierno sirio, que es uno de los principales aliados de Irán, con el fin de debilitar y aislar a este último país.

Los miembros de la opositora coalición del 14 de Marzo, liderados por el Movimiento del Futuro de Hariri, están también pidiendo que el gobierno libanés cree campos para refugiados sirios cerca de Trípoli, similares a los establecidos cerca de las fronteras sirias de Turquía y Jordania.

Estos llamamientos cuentan con el apoyo de Washington. A principios de mes, Jeffret Feltman, secretario adjunto de Estado para los Temas del Cercano Oriente, y el senador Joseph Lieberman, un halcón pro-israelí en los temas internacionales, viajaron a Beirut para intentar convencer a Líbano para que se sumara a los intentos de derrocar a Assad. Feltman fue embajador en Líbano entre 2004 y 2008.

Sin embargo, el primer ministro, Nayib Mikati, un político sunní que mantiene buenos vínculos con Damasco, se ha negado a apoyar la campaña de EEUU para desestabilizar Siria. Resistiendo las fuertes presiones de Arabia Saudí y otros países del Golfo, el embajador libanés en la ONU votó recientemente en contra de una iniciativa saudí que condenaba a Siria.

El ministro de Exteriores sirio, Adnan Mansur, ha rechazado además los llamamientos de otros países de Oriente Medio para reconocer diplomáticamente al opositor Consejo Nacional Sirio (CNS). “Incluso si la Liga Árabe reconoce al CNS, nosotros no lo haremos”, dijo Mansur.

Según diversos medios occidentales, Arabia Saudí y otros países del Golfo están utilizando a los grupos extremistas libaneses y de otras nacionalidades árabes para derrocar el ejecutivo de Mikati, lo cual serviría para crear un gobierno en Líbano hostil a Assad. Los choques en Trípoli y los planes de asesinato de figuras políticas libanesas formarían parte de esa misma campaña.