Alemania ha hecho saber hoy que no hay alternativa al reembolso de las deudas, sea cual sea el resultado de las elecciones en Grecia.

Podría decirse bien que las máscaras han caído: Alemania ha hecho saber hoy que no hay alternativa al reembolso de las deudas, sea cual sea el resultado de las elecciones en Grecia.

La salida de la zona euro sería la sanción por no el reembolso de la deuda lo que significa que Alemania es la que ha establecido las leyes que se deben imponer, dentro del marco de la UE, a los estados teóricamente soberanos. Esto supone una injerencia en los asuntos internos de Grecia y una amenaza para el derecho de los griegos a elegir libremente al gobierno que deseen instalar en el poder.

Todo esto es inaceptable y debería ser condenado unánimemente.

Sin embargo, todo esto no es más que un gran bluff, puesto que si el partido Syriza gana las elecciones y hace lo que ha prometido, entonces la impotencia de Alemania quedará de manifiesto ante el mundo entero. No es imaginable que Alemania vaya a invadir Grecia (de nuevo) para servirse directamente a costa de un pueblo tomado como rehén. Y, sobre todo, ella no tiene ningún interés en ver salir a Grecia, o a cualquier otro país, de la zona euro.

Ahora, hace falta comprender por qué Alemania se pone tanto en evidencia. ¿Es tan dependiente del cobro de la deuda griega que teme que con ocasión de un cambio de gobierno en Grecia pueda perder la oportunidad de recuperar los fondos o se trata simplemente de impedir que la Europa de los pueblos se de cuenta de que es posible rechazar una deuda legítima sin arriesgarse a todos los males? Existe el temor en el gobierno alemán a que si un país de la zona euro rechaza una deuda ilegítima no pasará mucho tiempo sin que otros países hagan lo mismo y el resultado sería el fin de la hegemonía de la Europa de los mercados sobre la de los pueblos.

En Francia, como en otros países europeos, el problema es el mismo: el Colectivo para una Auditoría Ciudadana de la dueda ha estimado en un informe que el 59% de la deuda del país es ilegítima. Si añadimos la parte ilegítima de la deuda de otros países, ¿cuántos cientos de miles de millones son reclamados ilegítimamente a los pueblos?

Se trata en suma de un modelo que prima los intereses de los grandes bancos y corporaciones sobre los intereses de los pueblos y que condena a estos últimos a la pobreza para que aquellos puedan seguir aumentando sus beneficios.

Vamos griegos, resistid, puesto que la Europa de los pueblos cuenta con vosotros.


Caleb Irri

Agoravox