Los nuevos gobernantes militares de Egipto suspendieron el domingo la Constitución y disolvieron el Parlamento dominado por el antiguo partido gobernante del ex presidente Hosni Mubarak.
Los nuevos gobernantes militares de Egipto suspendieron el domingo la Constitución y disolvieron el Parlamento dominado por el antiguo partido gobernante del ex presidente Hosni Mubarak después de que éste fuera derrocado por una revolución el pasado viernes.
El “comunicado número cinco” del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que fue leído por la televisión estatal, dijo que el período transitorio de gobierno militar duraría seis meses en los que serán realizadas reformas que permitirán realizar elecciones libres. El Consejo anunció la suspensión de la Constitución y dijo que él “gobernará los asuntos del país durante seis meses o hasta que se celebren las elecciones parlamentarias y presidenciales.”
El Consejo anunció la “disolución de las Cámaras Baja y Alta del Parlamento” y dijo que continuaría emitiendo decretos durante el período de transición.
Un comité será también formado para supervisar las enmiendas a la Constitución y será organizado un referéndum popular para votar sobre los cambios, que, entre otras cosas, suavizarán las restricciones que pesan sobre los candidatos presidenciales.
La declaración también confirmó al ministro de Defensa, Hussein Tantawi, como jefe de Estado de facto de Egipto. “El jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas representará al Consejo en las esferas doméstica e internacional,” dijo subrayando su compromiso con los acuerdos internacionales.
El primer ministro egipcio, Ahmed Shafiq, dijo a los reporteros después del encuentro del gabinete que la primera prioridad de su gobierno interino sería la de restaurar la paz y facilitar la vida diaria de los ciudadanos.
La reunión del gabinete del domingo se produjo un día después de la dimisión del impopular ministro de Información Anas al Fiki, que estuvo detrás de una campaña mediática que presentaba a los manifestantes como agentes externos. A Fiki y otros ex dos ministros se les ha prohibido salir del país, mientras se les investiga por alegaciones de corrupción.
LAS PROTESTAS SEGUIRÁN HASTA QUE LAS DEMANDAS SEAN SATISFECHAS
Sin embargo, los manifestantes egipcios han rechazado el llamamiento del Ejército para que abandonen la Plaza de Tahrir y han insistido en su demanda de un gobierno civil dos días después de la caída de Hosni Mubarak.
Los manifestantes, que permanecen en la Plaza, han advertido de más manifestaciones si los militares no cumplen su promesa de garantizar una transición pacífica hacia un sistema civil y democrático.
El Ejército egipcio prometió el sábado que supervisaría la transición a un gobierno civil. Los organizadores de las protestas han señalado que van a formar un consejo para mantener conversaciones con los militares. Ellos afirmaron que su propósito era el de guiar la Revolución durante el período transitorio.
Los soldados egipcios empujaron a los manifestantes el domingo para abrir un tránsito a los vehículos a través de la plaza. Los manifestantes cantaban “pacíficamente, pacíficamente” mientras los policías militares y soldados se movían para dispersarles.
La policía militar dijo a los manifestantes que debían retirar las tiendas de la Plaza y no interrumpir el tráfico. El Ejército señaló que respetaba las demandas de los manifestantes, cuya acción de masas expulsó a Mubarak del poder. También hizo un llamamiento para que ellos vuelvan a sus hogares y reanuden su “vida normal”.
Los manifestantes dijeron que los soldados habían detenido a algunos de sus líderes y que más de 30 personas habían sido llevadas a áreas de detención alrededor del Museo Egipcio, cercano a la plaza.
La policía egipcia es ampliamente odiada y vista como brutal y corrupta, mientras que el Ejército ha sido apoyado por los manifestantes contrarios al régimen.
Los acontecimientos de Egipto han enviado ondas de choque al extranjero. En Yemen, protestas antigubernamentales estallaron el sábado y en Argelia miles de policías impidieron a manifestantes llevar a cabo una marcha.