En Susiya, 340 hombres, mujeres y niños esperan ansiosos e impotentes la destrucción de su pueblo, que ya sufrió en el pasado la demolición de varias viviendas realizada por bulldozers...
En Susiya, 340 hombres, mujeres y niños esperan ansiosos e impotentes la destrucción de su pueblo, que ya sufrió en el pasado la demolición de varias viviendas realizada por bulldozers del ejército de ocupación israelí.
Su destino está lejos de ser único en los territorios ocupados. Sin embargo, la tragedia de esta localidad ha atraído la atención del mundo. El Departamento de Estado ha señalado que "sigue de cerca" este tema y ha advertido la entidad sionista en contra de "toda destrucción en Susiya", que constituiría, según él, "una provocación".
El pequeño pueblo del sur de la Cisjordania ocupada ha pasado así a convertirse en el símbolo de la destrucción llevada a cabo por la colonización israelí, que se apodera cada año más tierras palestinas para los asentamientos judíos, lo cual ha llevado el proceso de paz a un punto muerto.
Para la ONG israelí B´Tselem, “una vez que las casas sean demolidas, los colonos irán directamente apoderarse de las tierras o bien serán las autoridades israelíes las que las confisquen para redistribuirlas después entre los colonos”.
Según datos de la ONU, menos del 1% del Área C -una de las tres en que está dividida Cisjordania- está reservada al desarrollo de la construcción de viviendas para los palestinos. Un 70% de este territorio palestino está reservado para los colonos israelíes. El 29% restante está sometido a drástica restricciones que convierten en imposible en la práctica cualquier construcción por parte de los palestinos.
Los habitantes de Susiya parecen sorprendidos de la atención que ha generado su caso en el mundo. "No podíamos haber imaginado esto", dijo Youssef Nawajaa, un residente palestino, al New York Times. "Los israelíes solían destruir nuestras viviendas y teníamos que dormir a la intemperie, bajo la lluvia, y nadie sabía nada de nosotros".
El pueblo ha sido destruido en tres ocasiones en los pasados 30 años y los residentes fueron echados del lugar. En 1986, ellos fueron expulsados por los soldados israelíes para dejar espacio a un sitio arqueológico judío. Sin embargo, regresaron. En 1990 fueron expulsados de nuevo por razones no claras y en 2001 lo fueron de nuevo tras la muerte de un colono judío. Con ningún otro sitio adonde ir, ellos se quedaron viviendo en tiendas de campaña en unos huertos y pastos.
Ellos no pueden acceder a los dos tercios de sus tierras con la excusa de que se hallan cerca del asentamiento judío que lleva el mismo nombre. Ahora, “quieren expulsarnos para apoderarse de nuestras tierras y construir un parque para los habitantes del asentamiento de Susiya implantados en nuestro territorio”, afirma el jefe del pueblo.
“Ellos se han apoderado de nuestras tierras y nos han robado también el nombre de nuestro pueblo. Pero no vamos a irnos; no abandonaremos nuestra localidad incluso si nos expulsan por la fuerza. Al día siguiente volveremos".
“No vamos a vivir de nuevo la tragedia de 1948”, señala Nawajaa, en referencia al año de la Nakba (Catástrofe), cuando se produjo la creación de la entidad sionista, lo que llevó a la expulsión de 800.000 palestinos de sus tierras a las que no han podido regresar.
Varios vídeos sobre esta localidad han ganado fama mundial. En 2008, una mujer filmó a unos colonos israelíes enmascarados golpeando salvajemente a su marido, Ismail Nawayaa. Otros vídeos acerca de Susiya han sido realizados y colocados en Internet. Un blog en Facebook ha sido también creado para llamar la atención sobre Susiya y situarla en la agenda internacional, algo que otras localidades que sufren una amenaza semejante no han podido lograr.
Una delegación de la Unión Europea y un equipo de funcionarios del Consulado de EEUU en Jerusalén han visitado el pueblo. El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby planteó el tema en una conferencia de prensa el 16 de Julio. La Unión Europea, por su parte, llamó a Israel a “permitir a los palestinos construir dentro del Área C y detener los planes para expulsar a la población autóctona y demoler las viviendas y la infraestructura en Susiya".
Varios activistas de Europa, Canadá y otros lugares han viajado también a Susiya y han establecido su residencia en la localidad y en sus alrededores para dar testimonio de lo que allí hagan los israelíes. "Si Susiya es destruida entonces no habrá protección para las otras localidades", dijo un canadiense al New York Times. “Ella ha llegado a simbolizar todo lo malo aquí”.