Los participantes en la conferencia aprobaron la Declaración de Damasco sobre la necesidad de apoyar a los países y los gobiernos que luchan contra el terrorismo.

Los participantes en la Conferencia Mediática Internacional para la Lucha contra el Terrorismo Takfiri han reclamado una acción internacional y regional conjunta para combatir a los grupos terroristas takfiris y sancionar a los países que los apoyan a los que pide inscribir en la lista de estados terroristas de las Naciones Unidas.

Al cabo de dos días de debates en la capital siria, los participantes en la conferencia aprobaron la Declaración de Damasco sobre la necesidad de apoyar a los países y los gobiernos que luchan contra el terrorismo, respaldar las soluciones políticas a las crisis en esos países y considerar a los medios que apoyan y fomentan el terrorismo como una parte integrante del mismo.

"Está claro que el terrorismo takfiri se ha expandido por ciertos países árabes e islámicos y ha adoptado varias formas organizativas, aunque actúa reunido bajo la misma bandera, la misma financiación y al mismo armamento. Sus fuentes de apoyo y sus objetivos son conocidos", indica la declaración.

Guerra global contra los movimientos terroristas

La Declaración llama al "desencadenamiento de una guerra global contra los movimientos terroristas takfiris que han cometido decenas de masacres contra civiles desarmados, de cualquier nacionalidad y adscripción religiosa, y destruido las infraestructuras de varios países con el objetivo de eliminar al Otro e imponer su dominación política".

El documento destaca también la necesidad de apoyar a los países y los gobiernos que luchan contra el terrorismo, especialmente los de Iraq, Siria, Libia, Egipto, Yemen, Afganistán, Túnez y Argelia, y muestra su respaldo a las soluciones políticas para las crisis de Siria, Iraq y Libia en cooperación con sus gobiernos legítimos.

Ella subraya la importancia de hacer frente al fenómeno de la extensión de la ideología takfiri y aboga por poner en marcha un plan de trabajo mediático común para sensibilizar a la opinión pública internacional acerca de esta ideología engañosa. También insiste en la necesidad de que se produzca una coordinación entre los medios oficiales y privados de los países que hacen frente al terrorismo con el fin de denunciar a estas organizaciones y sus fuentes de financiación.

Sancionar a los medios pro-terroristas

Por otro lado, la Declaración de Damasco llama a desarrollar sistemas eficaces para denunciar la financiación de los grupos terroristas bien sea ésta de carácter individual o procedente de sociedades, gobiernos o servicios de inteligencia.

La lucha contra este aspecto pasa por una legislación nacional e internacional que ponga en marcha procedimientos legales internacionales para incriminar al terrorismo takfiri y sancionar a sus miembros y sus financiadores.

Además, es necesaria una acción para revisar las convenciones sobre trabajo mediático con el fin de obligar a los medios a abstenerse de proporcionar toda cobertura a las acciones terroristas a fin de minimizar su impacto sobre las nuevas generaciones.

Sancionar el terrorismo de Estado

La Declaración de Damasco llama a denunciar a todo país que proporcione una ayuda militar, de seguridad o financiera a estos grupos takfiris y a asimilar estas acciones al terrorismo de Estado, que debe ser sancionado.

Ella recuerda que la causa palestina ha sido y continuará siendo la razón esencial del conflicto con Israel -el modelo más peligroso de terrorismo de Estado-y considera que el eje de la resistencia sigue siendo la luz de la esperanza y la tabla de salvación de los pueblos de la región para acabar con la opresión, la tiranía y el terrorismo takfiri.

Los participantes han decidido también crear un comité de seguimiento para poner en práctica las recomendaciones de la Declaración de Damasco,, como preludio al lanzamiento de una agrupación mediática internacional sobre la lucha contra el terrorismo.

Este congreso tuvo lugar en la capital siria bajo el patrocinio del Presidente Bashar al Assad. En él, participaron más de 130 personalidades mediáticas locales, árabes y occidentales procedentes de Rusia, Irán, Cuba, España, China, Turquía, Afganistán, Pakistán, Egipto, Líbano, Iraq, Argelia, Marruecos, Bahrein, Jordania, Sudán, Arabia Saudí, Túnez, Chipre, Reino Unido, Alemania y Kuwait.

Entre los intervinientes en la sesión de apertura estuvieron el ministro de Cultura de Irán, Ali Yannati; el ministro de Información de Siria, Imran Zoabi; el ministro de Exteriores de este último país, Walid Muallim; y el secretario general adjunto de Hezbolá, Sheij Naim Qassem.

Los participantes debatieron, entre otros temas, el papel de los medios en la elaboración del discurso político y en la agudización de las guerras en curso, así como la formación de una alianza internacional para eliminar a los grupos terroristas y sancionar a sus patrocinadores.

Al final de la conferencia, los participantes dirigieron un mensaje al Presidente Assad en el que le mostraron su agradecimiento por la celebración de este importante evento y por su lucha infatiguable contra el terrorismo.

Ellos aseguraron que Siria continuará siendo la ciudadela de la libertad y un modelo de unidad nacional y de convivencia entre diferentes comunidades.