No pasa un día sin que una nueva víctima infantil se venga a añadir a la larga lista de mártires menores, cuya vida es segada por la mano criminal sionista.
La muerte persigue indefectiblemente a los niños palestinos incluso durante su sueño. No pasa un día sin que una nueva víctima infantil se venga a añadir a la larga lista de mártires menores, cuya vida es segada por la mano criminal sionista.
Este jueves por la mañana, la ciudad de Duma, cerca de Nablús (Cisjordania ocupada), se despertó con una horrible noticia: la muerte de un bebé, Ali Dawabsheh, de un año y medio quemado vivo. Su hermano de 4 años sufría quemaduras al igual que sus padres. El incendio fue producido por un ataque de colonos judíos.
Según fuentes hospitalarias, la madre tenía quemaduras de tercer grado en un 90% de su cuerpo, el padre en un 80% y Ahmed en un 60% y, por lo tanto, los tres están en peligro de muerte, según los médicos. "Todos salieron de la casa, asfixiados y en un estado deplorable", afirmó un testigo a la televisión palestina.
Estos crímenes vienen a sumarse a la larga lista de prácticas brutales del Ejército de ocupación israelí y los colonos contra los niños palestinos. Todos en Palestina recuerdan la muerte de la niña Iman Hajo, de cuatro meses, muerta durante la Intifada de Al Aqsa en 2001.
Hace un año, colonos israelíes secuestraron a un adolescente de 16 años y lo mataron quemándole vivo tras torturarle. Más tarde, abandonaron sus restos en un descampado de Jerusalén. Este crimen desató una oleada de indignación en toda Palestina, como sucedió también con la muerte del niño Muhammed al Durra, muerto a tiros en 2000 por soldados israelíes, mientras su padre trataba de protegerlo con su cuerpo de las balas que pasaban junto a ellos.
En octubre de 2014, una niña de cinco años, Inas Shaukat, fue atropellada por colonos judíos al norte de Ramalá. Otra niña palestina fue seriamente herida en el mismo incidente.
Muchos otros niños han sido asesinatos, golpeados, torturados o arrestados en prisiones israelíes. En la actualidad, unos 300 niños están en prisiones sionistas y son tratados allí como adultos por las autoridades de ocupación a pesar de que esto supone una clara violación de la ley internacional.
En febrero, el Comité Israelí contra la Tortura reveló un nuevo escándalo tras el descubrimiento de niños palestinos encerrados en jaulas a la intemperie en lugares vallados o en jaulas durante el invierno.
Este comité publicó un informe que probaba que los niños sospechosos de delitos menores contra las autoridades de ocupación han sido mantenidos en el exterior y han sufrido amenazas regulares de actos violentos o sexuales. Una situación que puede durar meses.
Recientemente además el Parlamento israelí aprobó una ley que incluye condenas hasta de 20 años de cárcel por arrojar piedras a los soldados ocupantes israelíes.