Varios indicadores sobre el papel de Irán en la resolución de las crisis en la región fueron revelados durante una conferencia del ministro de Exteriores iraní.
Varios indicadores sobre el papel de Irán en la resolución de las crisis en la región fueron revelados durante una conferencia del ministro de Exteriores iraní, Mohammad Yavad Zarif, en un simposio celebrado en la sede del periódico Ettelaat, en la capital iraní, Teherán.
Durante el simposio, Zarif envió un mensaje claro de que Irán continuará apoyando con armamento al eje de la resistencia y a sus aliados después de la firma del acuerdo nuclear. Estas armas son utilizadas para garantizar la independencia de esos aliados y luchar contra el terrorismo takfiri que asola toda la región de Oriente Medio.
"Si no fuera por nuestro apoyo hoy, no sabemos cuantas capitales regionales hubieran caído en manos del EI hasta ahora", dijo Zarif.
Esta declaración quería enviar varios mensajes a distintos interlocutores:
En primer lugar, para tranquilizar a todos los que temen que el acuerdo nuclear pudiera llevar a una reducción del apoyo a la Resistencia libanesa, a Siria y a Iraq. Estas palabras reafirman que Tehran no cambiará en un ápice su ayuda a todos estos aliados.
En segundo lugar, se trata de un mensaje a los adversarios regionales de que cualquier apuesta sobre hipótesis de cambios en la política iraní está condenado al fracaso. A pesar de todas las crisis y dificultades económicas que sufrió durante las sanciones, Irán siempre prestó un apoyo a sus aliados, así que hoy en día cuando las perspectivas económicas del país son muy brillantes tras el levantamiento de las sanciones, este apoyo está aún más garantizado.
En tercer lugar, se trata de un mensaje a Washington para invitarle a reconocer el poder iraní y sus efectos en la región de cara al combate contra el terrorismo. Una buena parte de la carga de la lucha contra esta plaga le corresponde a Irán por medio de la ayuda en armamento, asesoramiento militar y apoyo logístico y de inteligencia a sus aliados.
Irán ha dejado claro también que su armamento, incluidos los misiles balísticos, no se verá afectado tampoco por el acuerdo nuclear. Estos misiles forman una parte importante del arsenal disuasorio de Irán frente a sus enemigos, y en especial la entidad sionista, que amenaza a todos los países de la región, en especial Líbano y Siria.
La atmósfera general en Irán se está moviendo hacia compromisos en la región. A este respecto, Teherán reproduce la experiencia de las "líneas rojas" de las negociaciones nucleares. Así, Irán no negociará sobre la legitimidad del régimen del Presidente Bashar al Assad ni abandonará a sus aliados de Iraq ni aceptará ninguna solución en Yemen sin la participación de Ansarulá.
Irán está preparado para participar en cualquier esfuerzo dirigido a luchar contra el terrorismo y tiene también preparado un contingente militar que podría operar bajo la bandera de la ONU en cualquier parte del mundo, si así le fuera pedido.
Por su parte, el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, mayor general Hassan Firuzabadi, ha señalado que "el gobierno sirio es hoy más fuerte y ha alcanzado victorias importantes en todos los frentes" añadiendo que "Damasco ha demostrado que tiene la fuerza necesaria para la defensa de los intereses nacionales y el mantenimiento del orden constitucional".
Firuzabadi añadió que "las nubes de hostilidad se van diluyendo poco a poco y esto refuerza la promesa del gobierno del Presidente Assad de que el EI y otros grupos similares serán aplastados bajo la rueda de las próximas transformaciones".
Con respecto a Iraq, Firuzabadi advirtió a las Fuerzas de Movilización Popular (Hashid Shaabi) y sus seguidores de "las maquinaciones de los enemigos dentro y fuera del país, añadiendo que algunas crisis artificiales están siendo instigadas, incluyendo los llamamientos a las manifestaciones de grupos bien conocidos con el fin de debilitar al gobierno central de Bagdad".
Él auguró también la victoria del pueblo de Yemen y auguró que sus enemigos no lograran nada con independencia de los miles de millones que gasten y de los mercenarios que pueda movilizar.