El presidente de uno de los principales grupos que lidera esta campaña, United Against Nuclear Iran o UANI ha presentado la dimisión tras mostrar un público apoyo al acuerdo.
En un duro revés para la campaña de los grupos sionistas y de la derecha republicana contra el acuerdo nuclear de Irán, el presidente de uno de los principales grupos que lidera esta campaña, United Against Nuclear Iran (Unidos Contra un Irán Nuclear) o UANI, Gary Samore, ha presentado la dimisión tras mostrar un público apoyo al acuerdo.
El UANI ha sido el vehículo para una gran parte de la propaganda sionista anti-iraní en EEUU y en especial en relación al programa nuclear de este país, al que ha intentado durante años presentar como militar y dirigido a la producción de armas nucleares.
El grupo está financiado por el multimillonario sionista y magnate de casinos, Sheldon Adelson, que ha llevado a cabo múltiples esfuerzos para combatir el acuerdo y a sus partidarios.
El sustituto de Samore será el antiguo senador demócrata Joe Lieberman, un sionista conocido y halcón anti-iraní. Lieberman desempeña ya un papel clave en varios de tales lobbies. Él se enfrentó recientemente al presidente Barack Obama durante un encuentro con judíos estadounidenses en el que aquel explicó el acuerdo nuclear.
La dimisión de Samore y su apoyo al acuerdo tendrán un impacto importante en un momento en el que los congresistas de EEUU discuten si aprobar o no el acuerdo. Él afirma que la UANI debería apoyar el acuerdo y monitorizar su aplicación. Sin embargo, esta postura es completamente inaceptable para Sheldon y los sionistas que tratan de hacerlo descarrilar y que han estado promoviendo una guerra contra Irán con el único fin de favorecer a Israel durante años.
En realidad, dado que el acuerdo se está afianzando sobre el terreno y disfruta de un apoyo total en el mundo, con la excepción de Israel, los intentos de sabotearlo son cada vez más difíciles, pese a los llamamientos del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, para movilizar al lobby sionista en tal empeño. Todo parece indicar, pues, que dicho lobby en EEUU va a sufrir su peor derrota en varias décadas en lo que supone otro efecto inesperado, y positivo, del acuerdo nuclear.