El Gran Ayatolá Alí al Sistani, máximo clérigo shií de Iraq, encomió hoy las reformas emprendidas por el gobierno del primer ministro, Haider al Abadi.
El Gran Ayatolá Alí al Sistani, máximo clérigo shií de Iraq, encomió hoy las reformas emprendidas por el gobierno del primer ministro, Haider al Abadi, y llamó a mantener el enfrentamiento al grupo terrorista EI.
Sistani, quien fijó la pauta para que el gabinete de Al Abadi respondiera con inmediatez a las demandas de manifestantes inconformes con la situación en las esferas de poder, valoró de muy positiva la política para frenar la corrupción y reestructurar el Gobierno.
Subrayó, sin embargo, que se requiere más esfuerzos, especialmente del Poder Judicial, para arremeter contra el latrocinio y otras prácticas que laceran el desempeño de la administración pública.
En ese sentido, el Gran Ayatolah insistió en su sermón desde la ciudad santa de Kerbala, en el sur del país, que se debe establecer un mecanismo más efectivo para luchar y eliminar la corrupción, sin descuidar la persecución a los funcionarios que la practican, con independencia de sus cargos.
Alí Sistani se mostró optimista de que las medidas anunciadas por Al Abadi y aprobadas unánimemente esta semana por el parlamento estarán en vigor muy pronto, y al mismo tiempo afirmó que los abominables delitos terroristas del EI no obstaculizarán la insistencia iraquí en derrotar al extremismo.
Igualmente, instó a modernizar y actualizar los esfuerzos de los aparatos de inteligencia de Iraq e incluso reformar el Departamento de Inteligencia a fin de permitir una mejor acción contra los takfiris del EI.
Esos cambios formarían parte del ambicioso paquete de reformas exigido durante varias semanas de movilizaciones populares y afectarían a puestos clave en lo tocante a reducir el número de guardaespaldas del presidente, primer ministro, jefe del parlamento, ministros y otros funcionarios.
Según Al Abadi, hay funcionarios importantes que disponen de hasta 900 elementos de seguridad encargados de custodiarlos, y reveló que en total existen más de 13.000 guardias dentro del ministerio de Defensa que actúan como guardaespaldas de altos cargos.
Entre las reacciones de respaldo al primer ministro y al Gran Ayatolah al Sistani, destacaron sectores muy críticos con la idea del general Raymond Odierno, jefe de Estado Mayor saliente del Ejército norteamericano, de que la división de Iraq sería la solución más propicia.