El arqueólogo y ex director del Departamento de Antigüedades y Museos de la ciudad siria de Palmira, Jalid al Assad, fue decapitado por miembros de las bandas terroristas del Estado Islámico (EI).
El arqueólogo y ex director del Departamento de Antigüedades y Museos de la ciudad siria de Palmira, Jalid al Assad, fue decapitado por miembros de las bandas terroristas del Estado Islámico (EI), confirmaron hoy medios locales.
Después de ser asesinado, el cuerpo del investigador de 82 años de edad fue colgado en las antiguas columnas que datan del Imperio Romano, las mismas que él supervisó durante su restauración.
La Dirección General de Antigüedades y Museos condenó el crimen y ofreció sus condolencias a la familia del destacado arqueólogo.
También el ministro de Cultura sirio, Issam Jalil, denunció este horrible asesinato, y exigió a las organizaciones internacionales que asuman sus responsabilidades.
La víctima era uno de los más notables intelectuales de la ciudad de Palmira y su nombre está asociado de forma destacada al campo de la arqueología y la investigación histórica.
Desde 1963 dirigía el Departamento de Antigüedades y Museos en esta histórica localidad, declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1980, por la Unesco.
A pesar de estar jubilado, Jalid al Assad continuó apoyando la actividad investigativa y de restauración en su país.
La ciudad de Palmira, cuyo nombre significa "lugar de las palmeras" y ubicada a 223 kilómetros al noreste de esta capital, es una joya de la arquitectura antigua.
Fue fundada hace más de siete mil años, y está enclavada en el camino de Damasco a Mesopotamia, en un oasis en medio del desierto sirio, que contaba con un abundante manantial de agua.
Fue uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la conocida Ruta de la Seda, y a partir del siglo I comenzó a desarrollarse el arte y la cultura, por lo cual fue bautizada como "la novia del desierto".
Ubicada en una encrucijada de civilizaciones, Palmira alcanzó su mayor esplendor en el siglo III, bajo dominio del Imperio Romano, mezclándose armónicamente las culturas grecorromanas con las tradiciones locales y las influencias persas.
Estaba en la ruta comercial que unía a Roma con Persia, la India y China, y ya en el siglo III desempeñaba un importante rol militar y estratégico, en tiempos de la Reina Zenobia, coronada en el año 266, que después de conquistar a Siria extendió sus dominios hasta Egipto y Anatolia.
PL