Los medios israelíes han vuelto su atención hacia la crisis social del Líbano, que ha estallado hace varios días debido al tema de la falta de recogida de las basuras.
Los medios israelíes han vuelto su atención hacia la crisis social del Líbano, que ha estallado hace varios días debido al tema de la falta de recogida de las basuras hasta el punto de interrogarse por las repercuciones de la situación de seguridad del país en relación a la de Israel.
En efecto, las protestas en el Líbano se han convertido para los medios israelíes en una "cuestión estratégica".
Con un titular de "El Líbano está hundido en la basura", el periódico Yedioth Aharonoth puso en guardia en contra de un escenario de "primavera árabe" en el Líbano porque ello podría desembocar en una guerra civil como en el pasado. El diario señala que las protestas han comenzado a extenderse hacia el norte y muy pronto alcanzarán al conjunto del país.
El periodista subrayó que "el efecto dominó" que contamina todas las revoluciones en el mundo árabe ha alcanzado "el país de los cedros" de una forma tardía.
Sin embargo, el diario matiza que el Líbano "posee una extraordinaria capacidad para superar las crisis y el temor a la guerra civil impide el país hundirse en el caos. Pese a ello, la juventud libanesa está tan desesperada y motivada por la idea de producir cambios que está convencida de que la situación no podría ser peor de que lo que prevalece hoy en día”,
El periódico estima que "los manifestantes que han descendido a las calles para protestar contra el gobierno podrían volverse contra Hezbolá si las protestas prosiguen”. En esta lógica, el diario se hace eco de las declaraciones de algunos responsables políticos libaneses que acusan a Hezbolá de todos los males. Como ejemplo, Yedioth Aharonot pretende que "Hezbolá desencadenó la guerra contra Israel en el pasado, apoya al gobierno sirio y es el responsable del atraso económico y de la debilidad del Ejército libanés".
Dicho esto, el periódico espera que Líbano no caiga en el caos porque ello empeoraría, a su vez, el caos en el oeste de Iraq y en Siria, sin contar que el Líbano se convertiría en un objetivo para los grupos terroristas takfiris como el EI.
Si este último controlara a la vez Siria y el Líbano, ello significaría, según el diario, que “pondría la mano sobre el más importante arsenal de armas de la región”.
Por su parte, el Jerusalem Post, en otro tono diferente, se pregunta si Hezbolá "robará las manifestaciones en el Líbano o si se beneficiará de ellas para provocar la caída del gobierno”.
El periodista del sitio de información libanés "El Líbano Hoy", Tony Badran discrepa con este punto de vista y considera que "Hezbolá no robará las manifestaciones" porque simplemente "no quiere la caída del gobierno libanés. Por el contrario, se sienta al lado de los sunníes en el gobierno, lo que le asegura una cobertura para sus combates en Siria".
El investigador Philip Smith, del Instituto de Washington para la Política en el Próximo Oriente, cree, por su parte, que "Hezbolá anunciará su apoyo a estas manifestaciones para expandir la idea de que no sólo es el defensor de los shiíes, sino de todo el Líbano, sobre todo porque siempre se ha orgullecido de su ser honesto y sincero y, de este modo, el apoyar las protestas le ayudaría a pulir su imagen".