En las últimas horas se ha difundido por las redes sociales la foto de un soldado israelí armado que sujetaba a un niño palestino que lloraba...

En las últimas horas se ha difundido por las redes sociales la foto de un soldado israelí armado que sujetaba a un niño palestino que lloraba, apretándole contra una roca, antes de ser asaltado por los parientes de este último que liberaron al niño.

Para los palestinos, estas imágenes tomadas el viernes en Nabi Saleh se van a unir a la iconografía más elocuente que muestra "la brutalidad y la moral decadente del Ejército de ocupación israelí", según palabras de líderes palestinos.

El vídeo de la agresión, así como las fotos tomadas especialmente por el fotógrafo de AFP, Abbas Momani, muestran a un soldado israelí sujetando al niño Mohmmad Tammimi contra una roca inmobilizándolo.

Varios militantes pro-palestinos, la madre, la hermana y otras mujeres de la localidad se lanzan luego contra el soldado israelí, lo sujetan y logran liberar al niño.

"No es más que un niño, un niño pequeño", grita su madre. La hermana del muchacho muerde al soldado. Este último intenta mantener su arma fuera del alcance de aquellos que lo asaltan.

Durante casi un minuto el soldado forcejea tratando de desembarazarse de las mujeres que liberan de su poder al niño aprisionado hasta que un superior interviene y le ordena al soldado que deje partir al niño.

Estas imágenes han sido reproducidas por los medios palestinos, israelíes e internacionales y difundidas masivamente por las redes sociales.

Para los palestinos, estas escenas son emblemáticas de las continuadas agresiones israelíes en la Cisjordania ocupada. La prensa palestina publicó una caricatura en la que el soldado israelí aparece con una cabeza de perro.

Nabi Saleh, una localidad situada cerca de Ramalá, es desde hace años uno de los esecenarios más activos de las protestas anti israelíes. Todos los viernes, palestinos, extranjeros e incluso israelíes se manifiestan contra el asentamiento israelí de Halamish, localizado al otro lado de la carretera.

Todos los viernes, los soldados israelíes les esperan. Y ambos lados acaban intercambiando piedras contra gases lacrimógenos y balas de caucho.

Hace tres años, se produjeron dos muertos y 375 heridos en un choque entre residentes y militares israelíes.