En las elecciones del 7 de Junio, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) perdió su mayoría absoluta y quedó aún más lejos de conseguir los dos tercios de los escaños.

En las elecciones del 7 de Junio, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) perdió su mayoría absoluta y quedó aún más lejos de conseguir los dos tercios de los escaños que Erdogan soñaba para imponer su régimen presidencialista que le convertiría en un dictador en la práctica.

Esto hizo que Erdogan tomara medidas como iniciar un conflicto con el PKK, violando así la tregua suscrita con esta organización armada hace años, con el fin de crear un ambiente bélico y nacionalista que favorezca a sus ambiciones electorales. Esto ha ido acompañado de una oleada de acusaciones contra el Partido Democrático Popular (HDP), representante de los kurdos, para tratar de vincularlo al terrorismo.

La mayoría de los turcos creen, sin embargo, que el gobierno de Ankara está empujando al país en la dirección errónea, según una encuesta realizada poco antes de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, convocara elecciones anticipadas para noviembre debido al fracaso de los partidos en formar una coalición de gobierno.

Según una encuesta reciente realizada por MetroPOLL, el 65% de los encuestados cree que un futuro negro espera a Turquía. Sólo el 23% de los entrevistados considera que el país va en la dirección correcta y el 12% no se pronunció en ningún sentido. Temas como el apoyo a los terroristas en Siria, el creciente conflicto con los kurdos y la mala situación económica, del que la fuerte caída de la cotización de la lira turca es un fiel reflejo, son otras tantas causas de la caída de popularidad del partido de Erdogan.

De este modo, la apuesta de Erdogan podría fallar. Las últimas encuestas electorales hablan también de que la intención de voto contra el HDP desde el inicio de la guerra contra el PKK ha aumentado hasta el 14% frente al 13% que obtuvo en las elecciones de Junio y que sirvió para reducir la mayoría del AKP. Los analistas turcos creen que la política de Erdogan llevará a un incremento del voto para el HDP en el sureste kurdo y a una caída de los votos para el AKP en dicha región.

De este modo, los cálculos de Erdogan podrían volverse contra él, y su partido podría recibir un golpe igual o aún más severo en los futuros comicios.

En este sentido, el líder del HDP, Selahattin Demirtas, que construyó su reputación por sus investigaciones sobre los abusos contra los derechos humanos durante el conflicto kurdo, cree que su partido podrá superar los actuales 80 escaños de que dispone en el Parlamento turco, que cuenta con 550, y prometió la derrota de los intentos de Erdogan para instalar una "dictadura". Por su parte, el líder de la principal fuerza de oposición, el Partido Popular Republicano (CHP), Kemal Kilicdaroglu, acusó también a Erdogan de buscar una base legal para un "golpe de estado". Habrá que esperar a ver si la mayoría de los turcos perciben también este peligro.