Lariyani denunció hoy que Arabia Saudí lidera un movimiento contra el llamado Eje de la Resistencia, y pidió a los estados árabes del Golfo actuar guiados por los intereses regionales.
El presidente del parlamento iraní, Alí Lariyani, denunció hoy que Arabia Saudí lidera un movimiento contra el llamado Eje de la Resistencia, y pidió a los estados árabes del Golfo actuar guiados por los intereses regionales.
En una entrevista que difundirá el canal panárabe Al Mayadin, Lariyani urgió a los vecinos de Irán, en particular a las naciones del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), cooperar para materializar sus propios intereses y no los de las grandes potencias, como -remarcó- hace el reino wahabí.
Como eje de la resistencia se entiende al movimiento shií libanés Hezbolá (Partido de Dios, en árabe), el gobierno del presidente de Siria, Bashar Al-Assad, la agrupación insurgente yemení Ansarulá y otros grupos aliados de Teherán en la lucha contra Israel y la injerencia occidental.
Lariyani agregó que la posición de Riad, el más influyente y poderoso de los países del CCG, alentó a algunos países del bloque a hacer planteamientos sobre temas que buscan dañar la imagen de la república islámica, precisamente después de lograr un pacto nuclear con seis potencias mundiales.
Mencionó en ese sentido recientes acusaciones de Bahrein contra Irán sobre un supuesto contrabando de armas y adiestramiento de opositores para que cometan acciones terroristas contra la monarquía Al Jalifa, y las imputaciones a Hezbolá en un alegado complot de tráfico de armas en Kuwait.
Autoridades de Manamá promovieron una agresiva campaña mediática anti-iraní luego de haber desmantelado una presunta red terrorista que tenía nexos con Teherán y atribuyó ataques con explosivos a grupos opositores que, según el reino bahreiní, recibieron adiestramiento en suelo persa.
Días después, la justicia kuwaití reveló que militantes de la agrupación líder de la resistencia shií libanesa estaban detrás del depósito de armas al Abdali, a lo que siguió una maniobra de Kuwait y Arabia Saudí para reavivar la disputa con Irán por el campo petrolero al Durra.
Según comentó Lariyani a Al Mayadin, "las acusaciones bahreiníes contra Irán provocan risa" y dijo creer que "los hermanos en Arabia Saudí cometieron un error cuando apoyaron a Saddam Hussein durante la guerra (contra Irán 1980-1988), y ahora lo repiten en Yemen y Siria.
Contrastó que su país ofrece apoyo a Iraq y a su pueblo, mientras algunos de la región, incluyendo el reino saudí, "no están satisfechos con eso y crean problemas a Iraq".
Respecto al campo Al Durra o Arash, el parlamentario señaló que se negocia desde hace tiempo con el gobierno kuwaití. "Siempre hemos llamado a la negociación y al debate sobre este particular y otros conflictos fronterizos existentes entre los países de la región", acotó.
En cuanto a las acusaciones contra Hezbolá, consideró que "tienen su origen en el cúmulo de odio hacia ese partido y no creo que indiquen una postura racional y sabia".