Con habla pausada lo cual hace más conmovedor y desgarrador su relato, la religiosa argentina Guadalupe Rodrigo denunció en esta capital la barbarie que sufre hoy el pueblo de Siria.
Con habla pausada lo cual hace más conmovedor y desgarrador su relato, la religiosa argentina Guadalupe Rodrigo denunció en esta capital la barbarie que sufre hoy el pueblo de Siria sometido a una feroz guerra terrorista.
La Hermana Guadalupe cumple una misión apostólica desde hace cinco años en la ciudad siria de Alepo, el centro urbano más grande, con cinco millones de habitantes, y desarrollado de ese país árabe que ha sido arrasado por la violencia mercenaria y terrorista de los grupos islamitas Al Qaida, primero; Al Nusra, después, y ahora el llamado EI.
A través de impactantes fotos de esa ciudad en la que se entrelazó la modernidad y abundancia con una riqueza patrimonial milenaria, la misionera describió vívidamente la destrucción de la urbe y la masacre de la que ha sido víctima el pueblo sirio, en particular la comunidad cristiana.
La religiosa, integrante de la Familia del Verbo Encarnado, compartió sus duras vivencias sobre el horror de las persecuciones, el sufrimiento de los refugiados que huyen de la barbarie terrorista y los peligros que viven los cristianos, y el resto de las comunidades, a manos de los terroristas.
Describió como Alepo comenzó a ser sitiada hace tres años por los grupos extremistas, cortando sus rutas de acceso, y de una ciudad moderna y vibrante hoy es una imagen fantasmagórica de destrucción donde hay dos horas de electricidad y agua corriente fresca cada dos semanas, la asistencia sanitaria es prácticamente inexistente y la infraestructura está destrozada.
"Aun así, el pueblo sirio aferrado a su fe, sigue sonriendo", dijo la misionera.
Su relato, acompañado con detallado testimonio gráfico de una cruel realidad, es lo que la prensa a escala internacional ha ocultado a la opinión pública mundial, claramente plegada a intereses políticos.
"Siria posee 22 millones de habitantes y se calcula que unos 11 millones, la mitad de su población, se han visto forzados a desplazarse o buscar refugio para huir de ese salvajismo fundamentalista", señaló la hermana Guadalupe.
Al mostrar las imágenes tomadas por los miembros de su parroquia y centro de atención a jóvenes universitarias, afirmó: "Esto no es una película o un set de filmación, es una atroz realidad".
"Es necesario difundir esto; que se conozca este sufrimiento y el espanto de esta guerra terrorista para que se forme una conciencia mundial sobre la urgente necesidad de detener este horror", clamó la religiosa, cuyo grupo en Alepo fue el primero en denunciar ante el Vaticano la desolación que sufrían los cristianos en Siria.
Semanas atrás la hermana Guadalupe y otros misioneros fueron recibidos en el Vaticano por el papa Francisco, en el marco de una audiencia pública en la plaza San Pedro.
PL