23-11-2024 05:19 PM Tiempo de Jerusalén

Grupos terroristas podrían infiltrarse en Europa a través de los refugiados

Grupos terroristas podrían infiltrarse en Europa a través de los refugiados

La reciente acusación que recayó contra Osama Abdul Mohsen de pertenecer a bandas terroristas del grupo Frente al Nusra volvió a colocar en titulares el tema de los infiltrados yihadistas en Europa.

La reciente acusación que recayó contra el refugiado sirio Osama Abdul Mohsen, ahora en España, de pertenecer a bandas terroristas del grupo Frente al Nusra, volvió a colocar en titulares el tema de los infiltrados yihadistas en Europa.

La denuncia hecha por el Partido de la Unión Democrática (PYD) -la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)- contra Mohsen, pone de nuevo sobre el tapete uno de los peores peligros que enfrenta el viejo continente, como consecuencia de la estampida migratoria del reciente mes.

Según la página web del PYD, Mohsen, que ahora se encuentra radicado en Madrid, bajo el auspicio de un equipo de fútbol que le ofreció trabajo y vivienda, es acusado de ser miembro de la banda terrorista del Frente al  Nusra desde 2011, y de estar involucrado en innumerables crímenes contra la población civil en la ciudad siria de Tel Abyad.

Los denunciantes son presuntas víctimas de este sirio que acaparó titulares, después de ser tumbado al piso por la camarógrafa húngara Petra Laszlo, mientras huía de la policía en ese país europeo, cuando intentaba cruzar la frontera con Serbia.

Que sean ciertas o no las imputaciones contra el ex entrenador de fútbol, será asunto de las autoridades competentes, tanto en España como en Siria, pero de lo que no quedan dudas, es que el flujo masivo de inmigrantes, está sirviendo de puente para que los takfiris cumplan su objetivo de llegar más allá del Mediterráneo.

Recientemente, el periódico británico Sunday Express afirmó, citando a una fuente de los grupos extremistas armados que operan en territorio sirio, que cerca de cuatro mil integrantes del grupo Estado Islámico (EI) habían logrado llegar a Europa, camuflados entre los inmigrantes.

Según la fuente citada por el Sunday Express, los yihadistas se infiltran entre las personas que salen desde los puertos turcos de Esmirna y Mersin, y sus principales destinos son Italia, Suecia y Alemania.

También utilizan vías terrestres para llegar a Hungría y de ahí, seguir su ruta hacia las grandes capitales occidentales.

Por su parte, expertos en el tema aseguran que esta maniobra de infiltración, es el inicio de un plan de venganza por los ataques aéreos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra las bandas del EI en Siria e Iraq, además de cumplir su promesa de llevar el califato islámico a toda Europa.

A pesar de los esfuerzos realizados por varias agencias de inteligencia europeas, el peligro de entrada de células extremistas vinculadas a los grupos terroristas que operan en el Levante, es inminente.

En opinión de especialistas de estas agencias secretas, los terroristas del EI se proponen una operación a largo plazo y de mayor alcance, que les permita cumplir sus propósitos, como han amenazado en reiteradas oportunidades, de izar la bandera negra en el Vaticano y en las principales capitales europeas.

Existen evidencias que el grupo takfiris EI, dispuso de casi cuatro mil pasaportes sirios en blanco, robados en diferentes oficinas gubernamentales ocupadas, para "legalizar" el paso de sus miembros entre las filas de los refugiados, según fuentes de inteligencia de Turquía.

Lo que a muchos ha llamado poderosamente la atención, es que esta explosión migratoria suceda cuatro años después de iniciado el conflicto, que ha mantenido su crueldad e intensidad sin grandes giros, y que muchos de estos "refugiados", sean selectivos a la hora de decidir dónde recibirán amparo.

Esto evidencia, que estamos detrás de una manipulación del fenómeno migratorio que acarreará dos consecuencias principales: el debilitamiento de posibles refuerzos humanos al ejército sirio que enfrenta a las bandas terroristas, y una cómoda alternativa para infiltrar células extremistas en Europa.

Por lo pronto, el grupo Estado Islámico y otras bandas terroristas, a través de mafias dedicadas al tráfico humano, siguen obteniendo ganancias de este flujo migratorio, que se calculan en unos 500 millones de dólares.

Queda pendiente por ver, cuál será la estela de terror y muerte que dejen en Europa, que alguna vez pensó que estos rebeldes merecían ser financiados para destruir la soberanía de Siria.

PL