El gobierno israelí teme que Hezbolá haya adquirido el sistema de defensa antiaéreo ruso SA-22 Pantshir-S1, que está en poder de Siria.
El gobierno israelí teme que Hezbolá haya adquirido el sistema de defensa antiaéreo ruso SA-22 Pantshir-S1, que está en poder de Siria.
Recientemente, el primer ministro de la entidad sionista afirmó en la ONU que Hezbolá tiene, entre otros, el sistema SA-22 Pantshir-S1, que combina radares, cañones y misiles antiaéreos. Hezbolá tiene además, según Netanyahu, el misil antibuque de fabricación rusa Yajont, de un alcance de 300 kms.
Por su parte, el diario israaelí Haaretz ha confirmado que Hezbolá posee el SA-22 Pantshir-S1, que habría llegado al Líbano procedente de Irán o Siria.
Este sistema puede operar de forma fija o en un vehículo lanzador. Se trata, en realidad, de una combinación resultante de un sistema de misiles y de armas de artillería antiaérea, con capacidad de medio/corto alcance gracias a la combinación de sus misiles tierra-aire y cañones calibre 30 mm
La finalidad de este diseño es la protección de las construcciones civiles y militares y los objetivos militares de la zona en las que se haya destinado su despliegue, como las tropas mecanizadas o motorizadas (hasta el tamaño de un regimiento).
El sistema puede abatir todo tipo de aeronaves, incluyendo aquellas dotadas de una tecnología furtiva (Stealth), que vuelen a baja o media altitud.
La alta velocidad de los misiles (1,3 kms por segundo) es una de sus principales características y hacen muy difícil al avión atacado reaccionar y escapar a la destrucción.
Según los expertos israelíes, la posesión de estos misiles por parte de Hezbolá puede cambiar la situación sobre el terreno en el Líbano, donde la aviación israelí había podido hasta ahora actuar con impunidad. La posibilidad de ver sus aviones derribados constituye una pesadilla para el gobierno israelí, señalan los medios de la entidad sionista.