El escándalo de los escándalos: el caso de los extranjeros que han jugado en clubes israelíes y forman parte de equipo nacional libanés de baloncesto y algunos tienen el derecho a la nacionalidad libanesa.
En su último artículo en el diario libanés As Safir, el columnista deportivo durante más de 40 años, Yusuf Beryaui, trae de nuevo a la mente el “escándalo de los escándalos”: el caso de los extranjeros que han jugado en clubes israelíes y forman parte de equipo nacional libanés de baloncesto, y, lo que es peor, algunos tienen el derecho a la nacionalidad libanesa.
En el artículo titulado “¿Por qué insisten en traer jugadores extranjeros que han jugado en clubes de Israel?”, Beryaui se pregunta sobre lo que hay detrás “de esta insistencia y determinación” por traer jugadores extranjeros que jugaron en Israel y “cuál es el propósito de esto”.
El periodista dijo que hay “cientos de jugadores profesionales de baloncesto en EEUU, África, Asia y otros lugares que disfrutan de un buen nivel técnico y que nunca han jugado en clubes israelíes y cuyos precios son muy similares a los de jugadores que han estado en los clubes israelíes o incluso más baratos. ¿Por qué no los contratan?”.
En este sentido, Beryaui se preguntó: “¿Cómo podemos aceptar que un jugador lleve el uniforme libanés con bandera libanesa en él cuando aquel llevaba antes la bandera del enemigo israelí?”
Él dice que algunos jugadores libaneses (que no nombra) consideran este caso como un complot en contra de la federación nacional de baloncesto.
El escándalo estalló con el jugador de baloncesto estadounidense Samuel Hackson, al que se ha concedido la nacionalidad libanesa a pesar de haber jugado en dos equipos israelíes diferentes durante la temporada de 2003/2004 y 2010/2011.
Este caso ha irritado al ministro libanés de Deportes, Omar Karami, quien ordenó una investigación inmediata y dijo que “el escándalo de la concesión de la ciudadanía a Samuel Hackson es muy grave e inaceptable y habrá que esperar al final de la investigación para tomar las medidas apropiadas que están dictadas por la ley libanesa”.
El ministro Karami subrayó que “la normalización deportiva con el enemigo israelí es una línea roja y, por lo tanto, toda tolerancia hacia el jugador Hackson está fuera de cuestión. Su caso supone una grave violación de la ley y todas las partes libanesas implicadas en él son responsables, empezando por la Federación de Baloncesto y siguiendo por el Departamento de la Policía Judicial y el de la Seguridad Pública”.