Quince policías y un agente de inteligencia fallecieron el sábado en una serie de devastadores ataques en la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán.
Quince policías y un agente de inteligencia fallecieron el sábado en una serie de devastadores ataques en la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán.
Los ataques, que discurrieron durante varias horas, causaron heridas a 45 personas e implicaron a varios atacantes suicidas armados con armas de fuego y granadas, que abrieron fuego contra la principal comisaría de policía tras ocupar un edificio administrativo enfrente.
Tres coches bomba fueron detonados cerca del edificio de la Policía y otros tres fueron desactivados antes de que pudieran estallar, señalaron responsables de seguridad.
Esta carnicería fue rápidamente condenada por el presidente afgano, Hamid Karzai, “en los términos más duros posibles”.
No existen indicaciones de que militares extranjeros fallecieran o resultaran heridos en estos ataques, dijeron fuentes de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), liderada por la OTAN.