Un experto de la organización estadounidense Fundación de Defensa de las Democracias ha advertido de “los serios desafíos a los que hace frente Arabia Saudí y que amenazan su estabilidad”.

Un experto de la organización estadounidense Fundación de Defensa de las Democracias, John Hannah, ha advertido del empeoramiento de la situación de seguridad en la región árabe y de “los serios desafíos a los que hace frente Arabia Saudí y que amenazan su estabilidad”, a la que vez que señala de que dicho país se encuentra “probablemente en el camino hacia el abismo”.

Hannah destaca que el creciente número de crisis a las que hace frente Riad y a las que no puede hallar una solución no se limitan al área económica y destaca que “los conflictos internos dentro de la familia real encabezan la lista de temas que podrían arrastrar el país hacia el abismo”.

Él señala que la guerra contra Yemen “continúa sin la perspectiva de una solución y amenaza con convertirse en una fuente de divisiones internas”. Este conflicto está proyectando una imagen negativa del rey Salman y su hijo Muhammad bin Salman, el hombre fuerte del país, que “están llevando al país por un camino hacia la ruina política y económica y el fracaso militar”.

El informe de Hannah revela que el enorme déficit de Arabia Saudí, que está causado por la guerra de Yemen y la caída de los precios del petróleo, está provocando un creciente desempleo y la reducción de la cantidad de divisas que posee el país. Esto contribuye a incrementar la preocupación de los mercados globales y fomenta a la huida de capitales”.

La agencia apunta también a un desafío sin precedentes a la autoridad de monarquía saudí como resultado de los hechos de Mina, que han socavado “los fundamentos de la legitimidad política y religiosa de todo el sistema real”.

Hannah revela que la intervención rusa en Siria podría convertirse en “la amenaza más peligrosa contra el reino en un momento en el que EEUU está abandonando su papel tradicional de protector de la estabilidad del reino, en parte porque su dependencia del petróleo saudí se ha reducido de forma muy notable”.

En este sentido, la fundación norteamericana señala que pese a las enormes cantidades dinero gastadas, ni Arabia Saudí ni Turquía han conseguido su propósito de derrocar al presidente sirio, Bashar al Assad. Ella señala que si estos dos estados aumentaran su apoyo a la oposición armada siria esto les pondría “en un curso de colisión con Rusia” para el que ninguno de los dos está preparado. Según la fundación, esta intervención rusa ha reducido enormemente también las opciones disponibles para EEUU.