Aviones de transporte militar estadounidenses C-17, escoltados por un caza, suministraron por aire municiones y granadas de mano a los calificados en Occidente como “oposición moderada” siria.
Aviones de transporte militar estadounidenses C-17, escoltados por un caza, suministraron por aire municiones y granadas de mano a los calificados en Occidente como “oposición moderada” siria, informó hoy el canal CNN.
De acuerdo con una fuente que pidió no ser identificada, las aeronaves lanzaron el domingo unas 50 toneladas de municiones mediante paracaídas en la provincia siria de Al Hasaka a los grupos que intentan derrocar por la fuerza al gobierno del presidente Bashar al Assad.
El Departamento de Defensa confirmó este envío a través del portavoz del comando de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente (Centcom), teniente coronel Patrick Ryder.
Como resultado de esta exitosa operación, varios grupos árabes sirios cuyos responsables fueron verificados recibieron municiones, declaró el oficial en un comunicado citado por la cadena Fox News.
Con el nuevo programa sería la primera vez que el Pentágono proporciona ayuda letal directamente a los llamados “rebeldes” sirios, algo que ya hizo de forma encubierta la CIA como parte de los intentos de derrocar al mandatario de esa nación.
Estas armas irán dirigidas a una nueva facción rebelde denominada “Fuerzas Democráticas”, que está compuesta básicamente por fuerzas kurdas pertenecientes a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) junto con algunas pequeñas milicias tribales. Irónicamente, la principal ciudad donde se haya implantado el YPG está defendida conjuntamente por el Ejército sirio y los kurdos han apoyado públicamente los ataques rusos en Siria. Sin embargo, las promesas de armas y dinero de EEUU parecen haber influido en la creación de esta nueva fuerza.
Cabe recordar que la mayor parte de los esfuerzos realizados por EEUU contra el EI han acabado reforzando a este grupo al final con nuevas armas estadounidenses. Por otro lado, el envío de armas norteamericanas a los kurdos en Siria podría irritar a Turquía, que libra su propia guerra contra los kurdos y se opuesto a tales envíos en el pasado.
A esto hay que añadir que la ayuda a los kurdos en esas condiciones será vista por la mayoría árabe en Siria como otro complot de EEUU para intentar dividir el país provocando una secesión kurda, al igual que ya ha hecho Washington en Iraq.
El propio New York Times comentó en una columna editorial que el nuevo plan de la Casa Blanca en Siria es aún más incoherente y lleno de riesgos que el anterior.
Hace unos días, la Administración del presidente Barack Obama anunció el fin del programa de entrenamiento de las bandas antigubernamentales sirias, tras reconocer el fracaso del plan de unos 500 millones de dólares anuales, incapaz de producir una agrupación capaz de combatir en el terreno al Estado Islámico (EI).
En lo adelante, los servicios de inteligencia estadounidenses no reclutarán más a los llamados "rebeldes moderados sirios" para que pasen los programas de entrenamiento en Jordania, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, según informaron las autoridades.
Sin embargo, mantendrán un centro de preparación mucho más pequeño en Turquía, donde líderes de las facciones opositoras violentas recibirían preparación operacional, en particular como indicadores de blancos para la aviación de Estados Unidos y sus aliados que bombardea el territorio sirio sin la anuencia de las autoridades locales.
El anuncio coincide con el malestar en Washington por las operaciones que inició Rusia el 30 de septiembre contra el EI en esa nación árabe, a solicitud del Gobierno de Damasco, que de hecho ponen en riesgo la presencia de instructores de las Fuerzas de Operaciones Especiales y de las agencias de espionaje en territorio sirio.
De acuerdo con el diario The New York Times, estas acciones de Moscú provocaron desconcierto en EEUU y sus aliados porque obstaculizan una escalada en sus planes para derrocar al presidente Bashar al Assad.
Desde el inicio de los enfrentamientos en 2011 el autoproclamado Ejército Libre Sirio (ELS), una organización militar que desde el principio contó con el beneplácito de la Casa Blanca y el Pentágono, es prácticamente un fantasma en la geografía de ese país.