Un ataque con mortero fue perpetrado el martes contra la Embajada rusa en Damasco. “No hay víctimas entre el personal de la Embajada, pero se han producido daños materiales”.

Un ataque con mortero fue perpetrado el martes contra la Embajada rusa en Damasco. “No hay víctimas entre el personal de la Embajada, pero se han producido daños materiales”, declaró un representante de la misión diplomática.

Por otro lado, dos obuses cayeron cerca de una manifestación popular dirigida a mostrar el agradecimiento del pueblo sirio a Rusia, cuya aviación ha aportado un apoyo aéreo a las fuerzas gubernamentales a fin de erradicar a los terroristas, manifestó una fuente. Varios manifestantes resultaron heridos.

“El ataque contra nuestra Embajada es un atentado que busca impresionar a los partidarios de la lucha contra el terrorismo e impedirles alcanzar la victoria en la lucha contra los extremistas”, dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que calificó de vanos tales intentos.

Sirios agradecen a Rusia su intervención

En efecto, miles de sirios expresaron en una concentración delante de la embajada de Rusia en Damasco, su aprecio por la postura rusa de apoyo a Siria y su pueblo en su guerra contra el terrorismo, señaló SANA.

Los participantes, que llevaban pancartas condenando el terrorismo y a los países árabes y regionales que lo apoyan, afirmaron que la cooperación ruso-siria logrará la victoria y la eliminación de las redes terroristas armadas.

Ellos expresaron también su apoyo al Ejército Árabe Sirio, que ha realizado enormes sacrificios para lograr la estabilidad y seguridad del país, a la que vez que rechazaron la injerencia de países extranjeros hostiles en los asuntos internos sirios.

Algunos minutos antes del incidente, el jefe del Frente al Nusra, la rama siria de Al Qaida, llamó a los grupos takfiris del Cáucaso a atacar a Rusia.

Desde principios de agosto, miembros del autodenominado Yaish al Islam, apoyado por Arabia Saudí, y la brigada Fayr al Umma, que operan en las zonas de Jobar y la Guta Oriental, en la provincia de Damasco, llevaron a cabo múltiples ataques contra la población civil en la capital, dejando hasta la fecha casi un centenar de muertos y más de 350 heridos.

Blanco permanente

La Embajada rusa en Damasco ha sido blanco permanente de los grupos terroristas, que lanzan con frecuencia obuses de morteros contra la sede diplomática.

El pasado 21 de mayo una persona perdió la vida y tres resultaron heridas a consecuencia de un obús que estalló en el interior de la embajada.

Dos días antes, el 19 de mayo, dos proyectiles explotaron en el recinto diplomático, provocando daños en el edificio.

El 28 noviembre 2013, la sede diplomática también recibió dos obuses de mortero que provocaron la muerte de un ciudadano sirio y heridas a nueve miembros del equipo de seguridad de la Embajada.

Nueve meses antes, el 21 de febrero, la poderosa explosión de un coche-bomba aparcado en las inmediaciones de la sede diplomática rusa provocó la muerte de 53 personas y más de 200 resultaron heridas.

Este es el sexto ataque terrorista contra la Embajada rusa en Damasco en los últimos dos años.

Desarticulado complot del EI en Moscú

Por otro lado, varias personas han sido detenidas en un apartamento en Moscú como sospechosas de planear un atentado terrorista en la capital rusa, indicaron los medios rusos.

“De seis a 11 individuos, algunos de los cuales habían llevado a cabo un entrenamiento militar en campos del EI en Siria, y habían llegado a Rusia mucho antes del inicio de la operación rusa en ese país, han sido detenidos”, dijo Russia Today el lunes, citando a la Oficina de Prensa del Servicio de Seguridad Federal (FSB)

El FSB añadió que dos de los detenidos habían confesado haber preparado un atentado en el transporte público de Moscú.

Una bomba casera con una capacidad de 5 kgs de TNT, un detonador eléctrico, balanzas para pesar los componentes de la bomba, instrumentos y manuales de fabricación de explosivos fueron hallados en un apartamento en el oeste de Moscú, señaló la declaración, que añade que los miembros del grupo habían recibido financiación y el explosivo del EI para cometer el atentado.