La escalada de enfrentamientos, ataques y represión israelí en los territorios ocupados dejó en los últimos días 23 palestinos muertos y 2.311 heridos, según datos divulgados hoy por Naciones Unidas.
La escalada de enfrentamientos, ataques y represión israelí en los territorios ocupados dejó en los últimos días 23 palestinos muertos y 2.311 heridos, según datos divulgados hoy por Naciones Unidas.
En su más reciente reporte sobre Protección de Civiles, que abarca del 6 al 12 de octubre, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAh) precisó que 12 de las víctimas fatales ocurrieron en Cisjordania, incluyendo Jerusalén Oriental, y 11 en la Franja de Gaza.
La mayoría de los casos de lesiones tuvieron lugar en Cisjordania (dos mil 74), como resultado de los choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad de Tel Aviv, en las ciudades de Qalqiliya, Ramalá, Jerusalén, Hebrón, Nablus y Belén.
De acuerdo con la OCAH, los 12 palestinos muertos y los 2.074 heridos en la Ribera Occidental constituyen la cifra más alta para una semana desde que comenzaron en 2005 sus registros.
170 niños heridos
El informe refleja que 170 niños estuvieron entre los lesionados en Cisjordania, donde los ocupantes emplearon munición real, balas de goma y gases lacrimógenos para reprimir protestas.
Respecto a Gaza, en tan solo tres incidentes separados el 9 y 10 de octubre, militares de Tel Aviv asesinaron a nueve civiles palestinos, entre ellos un menor, e hirieron a 237, con 31 niños entre las víctimas.
La citada Oficina también reportó 17 ataques de palestinos contra israelíes, la mayoría de los casos apuñalamientos, con saldo de 19 lesionados, incluyendo dos niños y cinco uniformados, en Cisjordania y localidades del estado judío.
En la semana analizada prosiguieron las redadas, las barreras y los obstáculos a la libre circulación, la destrucción de viviendas y las acciones violentas de colonos judíos, mientras del lado árabe continuaron los lanzamientos de piedras contra los ocupantes.
La escalada de hostilidades de las últimas semanas es atribuida a la agresividad de Israel en Jerusalén Oriental, donde abundan las restricciones de acceso a sitios religiosos como la Mezquita de Al Aqsa (tercer lugar sagrado más importante del Islam) y las provocaciones de extremistas.
Al intervenir aquí a finales de septiembre en la Asamblea General, el líder palestino, Mahmud Abbas, acusó a Tel Aviv de llevar con sus acciones en la Ciudad Vieja de Jerusalén el conflicto del terreno político al religioso.
PL
