24-11-2024 04:57 PM Tiempo de Jerusalén

Haaretz: Sin Mubarak No Hay Ataque Preventivo contra Irán

Haaretz: Sin Mubarak No Hay Ataque Preventivo contra Ir&aacuten

“La dimisión de Mubarak después de 18 días de manifestaciones en las ciudades egipcias implica una incertidumbre para la región y en especial para Israel”.

En un artículo publicado en el periódico israelí Haaretz, el escritor israelí Alov Ben estima que “la caída del régimen de Hosni Mubarak en Egipto ha sido la última contribución de Mubarak a la estabilidad de la región en el sentido de que Israel se abstendrá de ahora en adelante de lanzar una guerra preventiva contra Irán en razón de la caída de su aliado estratégico, que ha sido el garante de la estabilidad de su frontera del sur mientras que Israel hacía la guerra y construía colonias.”

Él precisó que “la mayoría de ciudadanos de Israel nacieron o emigraron al país durante el período del régimen de Mubarak y no han conocido otra realidad”, lo que significa que “la noción de estabilidad para los israelíes es una noción ligada a Mubarak”.

Él indicó que “el régimen egipcio fue una roca frente a todos los sobresaltos que se produjeron en Oriente Medio en el curso de las tres últimas décadas y los dirigentes de Israel eran conscientes de que la frontera sur estaba asegurada mientras iban a la guerra, lo que les permitía construir asentamientos enfrascarse en negociaciones de paz en otros frentes. Sabían que las relaciones estratégicas entre Israel y el régimen egipcio, nacidas a la sombra del Acuerdo de Paz, no habían estado nunca amenazadas.

Según su opinión, “la dimisión de Mubarak después de 18 días de manifestaciones en las ciudades egipcias implica una incertidumbre para la región y en especial para Israel”. Ben lamenta que “Mubarak fuera expulsado del cargo presidencial tan rápidamente, antes de que pudiera situar en su puesto a uno de sus partidarios o de dejar el poder en manos de su hijo Gamal”.

El analista israelí afirma que “esta confusión es una fuente de preocupación para el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, cuyas reacciones en el curso de los primeros días de la revolución pusieron de manifiesto una profunda inquietud con respecto a un posible cuestionamiento en Egipto del acuerdo de paz con Israel”. Y añadió que “Netanyahu intentó en vano retrasar la caída de Mubarak”.

Según él, “Netanyahu teme que Egipto se convierta en una República Islámica hostil a Israel, a semejanza de Irán. Él espera que la situación en Israel se estabilice y que se parezca a la situación de Turquía, donde existen relaciones diplomáticas oficiales con Israel, embajadas, líneas aéreas y relaciones comerciales, aunque también fuertes críticas hacia las prácticas israelíes con respecto a los palestinos. Uno de los mejores escenarios que Netanyahu espera es el de un Egipto que se parezca a Turquía antes de Erdogan, es decir, un aliado de EEUU y bajo el control del Ejército.”

El autor señala que “Netanyahu compartía con Mubarak la preocupación por el reforzamiento del poder de Irán. Él añadió que Mubarak era amigo de EEUU e Israel en su oposición al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y sus aliados en Líbano, Siria y la Franja de Gaza.”

Ben afirma que “la caída del régimen en El Cairo no cambiará la situación estratégica, puesto que los manifestantes han expresado claramente su chovinismo egipcio más que su aprecio hacia la revolución islámica de Irán y aquel que suceda a Mubarak continuará en esta lógica y no hará de Egipto un estado dependiente de Irán”.

Sin embargo, esto no significa, concluye el autor, que “el nuevo régimen egipcio vaya a animar a Israel a atacar las instalaciones nucleares de Irán; bien al contario, el nuevo régimen escuchará a la opinión pública árabe, que se opone a un ataque preventivo contra Irán.”

Por consigueinte, “Israel hará mal en trabajar para distanciarse de Oriente dado además que está lejos de conseguir la aprobación de Occidente”.