El Ejército sirio continúa sus ofensivas contra las posiciones de los grupos terroristas takfiris, señaló el portavoz del Mando General, general Ali Maijub, el lunes.
El Ejército sirio continúa sus ofensivas contra las posiciones de los grupos terroristas takfiris, señaló el portavoz del Mando General, general Ali Maijub, el lunes, añadiendo que las tropas gubernamentales han tomado el control de varias colinas situadas cerca de la frontera turca.
El general Maijub dijo que las tropas sirias junto con combatientes de las Fuerzas de Defensa Nacional en las provincias de Homs y Alepo habían liberado dos localidades en el norte de Homs y otras cinco en el sur de Alepo.
"Como resultado de los ataques contra las posiciones de los terroristas, decenas de estos últimos han sido muertos o heridos", indicó el general.
"Nuestras fuerzas armadas han llevado a cabo también misiones de combate en el área de Salam-Yub al Ahmar, cerca de la frontera turca, capturando importante colinas en la misma región", añadió.
Huyendo del TOS-1 “Buratino”
En estos últimos días han aparecido imágenes de vídeo que muestran los ataques contra las posiciones de los grupos militantes lanzados por una nueva arma en poder del Ejército sirio: el lanzacohetes termobárico ruso TOS-1 “Buratino”. Esta arma fue utilizada por vez primera contra los terroristas del Frente al Nusra, la rama siria de Al Qaida, en la región montañosa de la provincia de Latakia.
Después de varios días de intensos ataques de esta arma, los militantes han abandonado sus posiciones retirándose unos 30 kms hacia el interior de la provincia de Idleb. Otros han preferido cruzar la frontera turca, al norte de Latakia, poco antes de que el Ejército sirio lograra finalmente asegurarla.
Desde su intervención, el sistema Buratino ha creado el temor en las filas de los militantes por sus características. Él puede lanzar 24 cohetes de 220 mm en 7-15 segundos. La superficie destruida por una salva de esos cohetes es de 200 x 400 m. Su alcance es de 400 a 3.500 metros.
Una vez que el cohete alcanza el objetivo, las municiones termobáricas que contiene producen una pequeña explosión que vaporiza y dispersa una mezcla de combustible bajo la forma de una nube inflamable. La detonación de la segunda carga explosiva se atrasa hasta que se alcanza la concentración óptima. La explosión del aerosol obtenido por el contacto con el oxígeno en la atmósfera crea una formidable onda de choque seguida por una intensa combustión que alcanza los 1.500-2000 ºC grados. El efecto es devastador, en especial para las concentraciones de infantería.