El predicador radical Omar Bakri dijo que Al Qaida y su propia formación, Al Gurab, están listas para ayudar a los Hermanos Musulmanes de Siria con el lanzamiento de una campaña atentados suicidas...

En una entrevista con el Daily Telegraph, el predicador radical Omar Bakri dijo que Al Qaida y su propia formación, Al Gurab, (los Extranjeros), están listas para ayudar a los Hermanos Musulmanes de Siria con el lanzamiento de una campaña atentados suicidas contra el presidente Bashar al Assad.

Bakri es originario de Siria, pero posee un pasaporte libanés y vive en Trípoli (norte del Líbano). Él afirma que estos ataques podrían llevarse a cabo contra el Parlamento sirio “cuando se esté lleno de miembros del partido Baaz”.

Los miembros de Al Qaida “pueden fabricar armas de la nada”, dijo Bakri, de 50 años, y continuó diciendo: “Se puede ir a cualquier cocina y preparar una bella bomba en forma de pizza y entregarla cuando todavía está fresca”.

Las autoridades sirias afirman luchar contra “bandas terroristas a sueldo de extranjeros” que pretenden sembrar el caos en el país.

Según Bakri Omar, Al Qaida, hasta la fecha, no llevado a cabo ninguna operación en Siria. “Yo soy el primero en haber llamado al yihad en Siria”, dijo el predicador radical. “Y, por ahora, no hay Al Qaida en Siria”.

Nacido en 1960 en una familia rica en Siria, Omar Bakri se unió a los Hermanos Musulmanes en su adolescencia. En 1983, fundó su propio grupo, Al Muhayirun (Los emigrantes) en Yeddah (Arabia Saudí), de donde fue expulsado tres años más tarde. Al Muhayirun se disolvió oficialmente en octubre de 2004. En 1986, el predicador se mudó a Gran Bretaña.

Rápidamente, se convirtió en un líder de los círculos radicales en Londres. Pero después de los atentados del 7 de julio de 2005 (56 muertos, 700 heridos), las autoridades británicas le revocaron el visado.

A su llegada a Líbano en 2005, fue detenido brevemente. Sin embargo, no se han presentado cargos contra él. El mismo escenario se repitió en noviembre de 2010. Omar Bakri fue arrestado y declarado culpable por un tribunal militar de Beirut por incitación al asesinato, robo, posesión de armas y explosivos. Tres días más tarde, fue puesto en libertad bajo fianza.