Tras más de dos años y medio de asedio contra el aeropuerto militar de Kuweires, situado en el Sureste de Alepo, las fuerzas armadas sirias han logrado romper el cerco de la base...
Tras más de dos años y medio de asedio contra el aeropuerto militar de Kuweires, situado en el Sureste de Alepo, las fuerzas armadas sirias han logrado romper el cerco de la base, que tiene una gran importancia estratégica.
El control del aeropuerto significa la expansión del control del Ejército sirio sobre el Sur y Este de la provincia de Alepo. El control de esta base aérea permitirá a la Fuerza Aérea siria -y en su caso a la rusa- situar helicópteros y aviones de combate allí y esto llevará inevitablemente a un incremento de las operaciones aéreas en las provincias de Idleb y de Alepo. Esta base podría convertirse, así, en un elemento fundamental para lograr futuras victorias militares.
La liberación de la base supone también un espaldarazo moral para las tropas sirias y sus aliados y un golpe a la moral de los terroristas del EI y el resto de grupos takfiris en el país. La operación de Kuweires significa que todos aquellos lugares que se encuentran bajo asedio por parte de los terroristas pueden esperar una liberación más pronto que tarde.
La toma del aeropuerto ha puesto también de manifiesto la calidad de las armas rusas y sirias y la efectividad de los ataques aéreos, donde se utilizan bombas guiadas por láser, que han destruido depósitos de armas y municiones, centros de mando y posiciones del EI. En la operación del aeropuerto tomaron parte los aviones Sujoi-34, el bombardero táctico más moderno de la aviación rusa, los Su-25 y helicópteros MI-24 que suministraron apoyo directo al avance de las unidades militares de Siria y sus aliados con su capacidad masiva de fuego, con misiles y cañones. Un papel destacado han jugado también los drones de reconocimiento, que han localizado la situación de las posiciones y los movimientos de los militantes del EI y han permitido así su bombardeo y destrucción.
Las operaciones aéreas estuvieron asimismo bien coordinadas con el uso de artillería y morteros contra las líneas defensivas de los militantes. Esto implica que las posiciones de los grupos armados son ahora cada vez más inseguras ya que pueden ser destruidas por las armas aéreas y terrestres sirias y rusas, incluyendo los búnkeres y escondites subterráneos. Los misiles antitanques guiados del Ejército sirio y Hezbolá han mostrado también su efectividad contra estas posiciones y vehículos del EI.
Se ha producido también en esta operación una mejora de la coordinación entre los mandos a nivel del terreno y los centros de mando superiores. Estos últimos han dejado a los primeros una mayor autonomía de decisión en lo que se refiere a realizar estimaciones sobre objetivos y pedir apoyo aéreo y de artillería contra los mismos.
La operación de Kuweires liberará también fuerzas para la prosecución de las ofensivas en los frentes de Alepo y Hama y permitirá dirigir un poder de fuego incrementado, en especial a través del poder aéreo, contra los terroristas situados en estos frentes, causándoles así mayores pérdidas humanas y materiales. En este sentido, la liberación de Kuweires llevará rápidamente a un fortalecimiento de las operaciones en otras zonas próximas de la provincia de Alepo.
En el aspecto político, el Ejército ha demostrado una vez que es la única fuerza que existe en Siria que ostenta un poder suficiente para derrotar al EI y otros grupos terroristas. La posición del Estado sirio se ha reforzado en todos los frentes del país, incluyendo Latakia, Alepo, Deraa y la Guta Oriental, donde se han producido importantes avances, con la excepción del norte de Hama, donde los grupos armados han tomado algunas ciudades. Sin embargo, es de prever que el Ejército sirio, con su nuevo material y estrategia, sea capaz allí también de tomar próximamente la iniciativa.
Todo ello supone que en un solo mes grandes zonas estratégicas de Siria, incluyendo las principales rutas que comunican Damasco, Alepo, Homs y Hama hayan sido aseguradas por el Ejército y que las vías de comunicación entre los grupos armados han sido, en gran medida, cortadas.