La posición euro-norteamericana hacia el terrorismo producido por Arabia Saudí ha alcanzado un punto de inflexión, eliminando así una carta básica que utiliza Riad en su doble juego.
Mohammed Salami
Mientras que los grupos terroristas se han atrevido a golpear en la profundidad de la seguridad occidental en París, el 14 de noviembre, la posición euro-norteamericana hacia el terrorismo producido por Arabia Saudí ha alcanzado un punto de inflexión, eliminando así una carta básica que utiliza Riad en su doble juego.
El régimen saudí ha intentado siempre emplear a los grupos terroristas como un arma principal en sus disputas políticas, en especial en el Líbano, Siria, Iraq y Yemen, beneficiándose del pleno apoyo occidental a su política. Sin embargo, los atentados del París han establecido nuevas reglas antiterroristas que Riad tendrá que respetar en sus políticas estratégicas.
La coalición árabe-occidental, que ha apoyado a los grupos terroristas y los ha empleado en sus proyectos en Oriente Medio, se ha visto ahora sacudida por el fuerte golpe que Francia sufrió la pasada semana a manos de los ataques suicidas de los militantes del EI.
La disposición europea a luchar contra la organización terrorista tras los atentados de París se produce además en un momento en el que Rusia anunció que un acto terrorista estuvo en el origen del del derribo del avión Airbus 321 sobre el Sinaí hace dos semanas, lo que significa que Moscú intensificará su campaña antiterrorista en Siria. Esto se contradice con los intereses y complots del régimen saudí, el gran patrocinador del terrorismo internacional.
El analista político libanés Faisal Abdul Sater señaló en una entrevista con el sitio web de Al Manar que aunque el cambio occidental en la postura hacia los grupos terroristas no es drástico, los ataques terroristas de París han socavado los principios de la política occidental, que estaba basada en apoyar al terrorismo frente a los regímenes adversarios, lo cual obligará al régimen saudí a efectuar también cambios en su política.
“Veremos cambios a este respecto. El tema del terrorismo ha comenzado a aumentar”.
Abdul Sater señaló que el régimen saudí ha chantajeado siempre a Francia con acuerdos multimillonarios para conseguir la ayuda francesa en sus políticas y guerras agresivas contra otros países de la región. Pero Francia ya no está en condiciones de aprobar tal enfoque, ya que el terrorismo ha golpeado duramente su capital.
“Como indicación de ese cambio, Riad ha ordenado a todos los saudíes en Francia que reduzcan sus movimientos en el territorio francés después de los atentados de París porque el régimen saudí sabe que sus ciudadanos no son apreciados en Europa, donde son vistos como los principales productores del terrorismo internacional.
En su papel de principal patrocinador del terrorismo, el régimen saudí intentó durante la reciente conferencia de Viena presentar a algunos grupos terroristas, como Ahrar al Sham o Yaish al Islam, como “moderados”. Sin embargo, las potencias mundiales, especialmente Rusia, rechazaron categóricamente tal intento.
En el contexto de los complots frustrados de Riad, Abdul Sater añadió que los saudíes tampoco han logrado instigar a los países occidentales contra Irán y su programa nuclear y que las relaciones entre Teherán y las principales capitales europeas, principalmente París, están experimentando un notable progreso a la luz de la prevista visita del presidente iraní, Hassan Rohani, a la capital francesa, que fue pospuesta tras los atentados.
Arabia Saudí está atrapada en la ciénaga yemení, en un momento el que el Ejército yemení y los comités populares se están dirigiendo hacia el logro de una gran victoria. Los terroristas de Al Qaida y milicianos pro-saudíes no han logrado ningún progreso notable sobre el terreno, según Abdul Sater, que señaló que debe haber una solución política en Yemen, con independencia de la voluntad saudí.
El analista libanés considera que el terrorismo se volverá en contra del propio régimen saudí, ya que sus condiciones internas se están viendo afectadas por conflictos de lucha por el poder, corrupción financiera e incremento del fanatismo religioso wahabí, que siempre ha producido, justificado y apoyado el terrorismo.
Arabia Saudí se verá obligada así dejar de jugar su doble juego, que lleva a que los emires saudíes del terrorismo instruyan y financien a militantes para que éstos ataquen ciudades en el mundo entero, mientras realizan luego visitas a las capitales occidentales, en las que sermonean acerca de la democracia y los derechos humanos en otros países distintos al suyo, donde tales conceptos son inexistentes.
Así pues, el régimen absolutista saudí ha caído en un punto muerto y deberá decidir si continúa apoyando al monstruo terrorista que ha creado, y desafía de este modo a Occidente, o cambia su postura y deja de hacerlo.
“Los saudíes nunca podrán oponerse a la voluntad occidental y tendrán, en última instancia que cumplirla, ya que son unos vasallos de los europeos y norteamericanos”, concluyó Faisal Abdul Satir.
Traducido por Yusuf Fernandez