Tras el derribo del avión ruso Su-24 el martes por cazas turcos, Rusia ha decidido incrementar las operaciones dirigidas a cerrar la frontera turca tanto al contrabando del petróleo del EI.
Tras el derribo del avión ruso Su-24 el martes por cazas turcos, Rusia ha decidido incrementar las operaciones dirigidas a cerrar la frontera turca tanto al contrabando del petróleo del EI como al paso de terroristas y armas para los mismos.
El miércoles, la aviación rusa destruyó varios camiones que llevaban petróleo a Turquía con el fin de financiar al EI, dijo el portavoz presidencial ruso, Dimitri Peskov.
“La operación de la Fuerza Aérea rusa destinada a apoyar la ofensiva del Ejército sirio contra grupos y organizaciones extremistas continúa. Aviones rusos siguen operando y más infraestructuras terroristas están siendo destruidas. El tráfico de petróleo, que financia el terrorismo, está siendo cortado”, dijo Peskov.
“El Ejército sirio, con el apoyo de la Fuerza Aérea rusa, está bloqueando también el paso de armas y municiones a los terroristas en las áreas montañosas del norte de la provincia siria de Latakia”, señaló el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashenkov.
“Como resultado de los repetidos ataques contra los militantes por parte de la aviación rusa, las fuerzas del gobierno sirio han tomado el control de las áreas montañosas del norte de la provincia de Latakia, bloqueando totalmente el paso de suministros y armas y otros equipos a los terroristas a través de la frontera turca”, señaló.
Destrucción de un convoy de camiones turcos
Los aviones rusos también destruyeron un convoy de camiones turcos que transportaba armas para los grupos terroristas en Alepo el miércoles.
Los camiones, que llevaban armas desde Turquía, y su carga resultaron destruidos en los ataques aéreos. Las armas iban destinadas a grupos terroristas que luchan cerca de la ciudad de Azaz, en Alepo.
Aviones rusos bombardearon también el jueves concentraciones de los militantes en el punto fronterizo de Bab Hawa, en la provincia de Idleb, el jueves, informaron diversas fuentes. En dicho lugar se hallaba un gran número de camiones y vehículos cargados con armas y otros suministros, que resultaron destruidos.
Apoyo a los kurdos
En otra operación, que sin duda habrá irritado a Ankara, aviones rusos bombardearon posiciones del Frente del Levante, un grupo armado patrocinado por Turquía, en la ciudad de Dergamal, cerca de la ciudad de Afrin, junto a la frontera. El Frente del Levante lucha en la zona contra las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG). Esto puede ser una indicación de una mayor cooperación entre las Fuerzas Aéreas rusas y los kurdos.
Esto tiene lugar también poco después de que el presidente de la Unión Democrática, un partido kurdo sirio, Saleh Muslim, señalara que “los kurdos sirios están preparados para coordinarse con Rusia para luchar contra el terrorismo en Siria”.
Ruptura de diálogo con el Ejército turco
Poco después del derribo del Su-24 por aviones turcos, Rusia ha cerrado todas las vías de diálogo y coordinación con los militares turcos, lo cual le permite ahora lanzar ataques aéreos sin dar previa información a los turcos y esto supone una indudable ventaja estratégica porque permite llevar a cabo bombardeos por sorpresa contra todo el aparato de tráfico de armas y municiones en la frontera.