La 4ª División Mecanizada del Ejército sirio ha desplegado recientemente sus tanques T-90 llegados al frente del Sur de Alepo por primera vez...
La 4ª División Mecanizada del Ejército sirio ha desplegado recientemente sus tanques T-90 llegados al frente del Sur de Alepo por primera vez con el fin de proseguir su empuje hacia las ciudades de Kefraya y Al Fuaa, señaló la agencia Fars News, citando fuentes militares.
El T-90 ofrece al Ejército sirio varias características que sus tanques T-55 y T-72 no poseen, incluyendo un cañón 2A46M de 125 mm, un motor de cuatro tiempos V-12 y un blindaje reactivo Kontakt-5. Este blindaje permite al tanque resistir el impacto de los misiles antitanque TOW, de fabricación estadounidense. Arabia Saudí ha gastado unos 1.000 millones de dólares en adquirir estos misiles para entregarlos a los grupos terroristas que luchan en Siria.
Estos tanques van equipados también con el sistema Shtora (Cortina) que permite confundir el sistema de guía e incluso desviar los misiles antitanque, alejándolos del cuerpo del tanque principal.
Los tanques fueron vistos en el aeropuerto de Al Neirab, situado a 5 kms de Alepo y uno de los más grandes del norte de Siria.
Rusia ha incrementado también su apoyo a Siria en el terreno de la artillería. En las pasadas semanas ha sido utilizada en Siria una moderna artillería que no está disponible en el arsenal del Ejército sirio y que está manejada por equipos militares rusos.
Algunos sistemas lanzacohetes como el Smerch y el cañón Metsa-B han sido mostrados también en Palmira y otras partes del territorio sirio.
Estos sistemas de armas revisten gran importancia dado que el bombardeo de artillería, si es realizado de forma eficaz, constituye un arma eficaz en un país como Siria. La artillería, junto con la aviación, puede realizar ataques precisos y destructivos contra las posiciones y fortificaciones del enemigo.
Esto requiere también formaciones especializadas sobre el terreno para proteger estos sistemas de armas y equipos.
El despliegue de los tanques T-90 y el Metsa-B formarán parte así probablemente de la segunda fase de las operaciones del Ejército ruso en Siria.
Rusia parece haber cambiado también su postura acerca de la intervención de tropas y equipos terrestres tras el derribo del avión Airbus 321 sobre el Sinaí y el del avión Su-24 por Turquía. Los tanques y artillería citados podrían formar parte de una intervención terrestre rusa más amplia, en especial mediante el uso de tropas de operaciones especiales.