El vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, declaró el domingo que Arabia Saudí debe cesar de financiar las mezquitas fundamentalistas en el extranjero, que son acusadas de alimentar el extremismo.
El vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, declaró el domingo que Arabia Saudí debe cesar de financiar las mezquitas fundamentalistas en el extranjero, que son acusadas de alimentar el extremismo.
“Tenemos que dejar claro a los saudíes que el tiempo de mirar a otro lado se ha acabado. Mezquitas wahabíes son financiadas en todo el mundo por Arabia Saudí”, dijo Gabriel al semanario Bild am Sonntag. “En Alemania, numerosos islamistas considerados peligrosos proceden de esas comunidades”, añadió.
Organizaciones islamistas extremistas, tales como el EI y Al Qaida, se inspiran en el pensamiento wahabí.
Gabriel, que es también ministro de Economía, llamó a reaccionar contra las mezquitas salafistas “que no son menos peligrosas para Alemania que los extremistas de derecha”.
“Vamos a impedir que Arabia Saudí financie mezquitas en Alemania”, dijo, por su parte, Thomas Oppermann, presidente del grupo del SPD (socialdemócrata), socio del Partido Cristiano-Demócrata de Angela Merkel en el seno de la gran coalición, en declaraciones a Welt am Sonntag.
Para Oppermann, el wahabismo suministra un “marco ideológico completo al EI y contribuye a la radicalización de los musulmanes moderados en otros países. Es algo que no necesitamos ni queremos en Alemania”.
El semanario alemán Der Spiegel citó el miércoles un informe del servicio de inteligencia alemán, que señala que el rey Salman de Arabia Saudí lleva a cabo una política intervencionista hacia los países árabes después de subir al trono y éste es un factor que desestabiliza a la región.
Según el análisis del servicio alemán, el rey y su hijo Mohammad bin Salman, ministro de Defensa, insisten en su absurda afirmación de que ellos “lideran” al conjunto de los países árabes.
El informe añade que la política saudí podría dañar seriamente las relaciones del reino wahabí con otros países, en especial sus aliados en el Golfo Pérsico.
Los analistas del servicio alemán estiman que la guerra de Riad contra Yemen ha demostrado que los dirigentes saudíes están dispuestos a correr enormes riesgos militares, políticos y financieros con tal de lograr sus sueños hegemonistas a escala regional.