Arabsat cesó abruptamente de retransmitir la señal de Al Manar TV la pasada semana sin dar explicaciones y en violación del contrato firmado entre ambas partes.
Arabsat cesó abruptamente de retransmitir la señal de Al Manar TV la pasada semana sin dar explicaciones y en violación del contrato firmado entre ambas partes.
El ministro de Cultura e Información saudí, Adel Toreifi, fue quien ordenó la suspensión de la difusión en Arabsat de los canales Al Mayadin y Al Manar “próximos a Irán y a Hezbolá” que habían “llevado a cabo campañas mediáticas sucesivas contra Arabia Saudí”. Esto es parte del comunicado que los medios saudíes reprodujeron en nombre de la familia gobernante.
El problema no reside en el comunicado. Cada régimen -sobre todo los que se parecen al saudí- tiene el derecho a decir lo que convenga a su naturaleza, esencia e intereses, sobre todo cuando se siente en crisis e incluso al borde del hundimiento.
Sin embargo, el verdadero problema reside en lo que siguió al comunicado. La orden saudí de suspender a una cadena de televisión libanesa, que goza de los correspondientes permisos del gobierno libanés y está sometida a las leyes libanesas, se ha convertido en una forma de agresión no sólo contra la soberanía libanesa, sino contra la de todos los países árabes.
Se trató de una infracción de todas las leyes administrativas y comerciales, sin olvidar aquellas que defienden los derechos y libertades fundamentales, pero éstas últimas no constituyen un terreno común con un régimen como el saudí.
La orden saudí fue ejecutada, no por medio de las autoridades oficiales ni las instituciones del reino, sino por medio de la sociedad Arabsat.
Dicha sociedad posee dos caras: es ante todo una sociedad comercial y también una sociedad de cooperación intergubernamental. Ella está formada conjunta y solidariamente por los gobiernos de los países árabes.
Arabsat depende de una asamblea general que representa a todos los accionistas. Esta asamblea elige a un consejo administrativo para supervisar el trabajo cotidiano de Arabsat.
De este modo, el director ejecutivo de la sociedad, el saudí Jalid Benjayur, ejecutó directamente la orden del responsable saudí ignorando a la asamblea general y el consejo administrativo.
Además, el Líbano, miembro de esta asamblea, ocupa el 7º lugar entre los países árabes en lo que se refiere a su contribución financiera y la posesión de acciones.
En el plano político, Arabsat se parece a una agencia de colaboración entre los gobiernos, sometida al mandato de la Liga Árabe y, sobre todo, al de los consejos de los ministros árabes de Información y Comunicación.
He aquí como la agresión saudí contra la soberanía nacional de los países árabes se convirtió en un hecho generalizado. Este asunto no concierne sólo a Al Manar o Al Mayadin, sino a todos los medios árabes. Es un crimen contra la libertad de expresión y los derechos humanos fundamentales. Y la peor respuesta a este escándalo es la de guardar silencio.
Al Manar se retira de la Unión de Radiodifusión de los Estados Árabes
El Grupo Mediático Libanés (que incluye a Al Manar y la radio An Nur) anunció también el martes que retira su pertenencia a la Unión de Radiodifusión de los Estados Árabes.
En una carta dirigida por el director general de Al Manar, Ibrahim Farhat, al director general de la Unión, Abdul Rahim Suleiman, “la decisión está basada en nuestra visión acerca del papel en relación a los medios que la Unión debería desempeñar, incluyendo la contribución al avance y perfeccionamiento de los medios árabes. Cuando hemos visto que el papel que podemos jugar en el fortalecimiento y promoción de los objetivos de esta Unión es prácticamente inexistente, hemos decidido retirarnos de ella”.
“Esta decisión ha sido tomada en vista a las actuales condiciones, cuando hemos advertido que algunos países están presionando a la Unión para que se desvíe de su papel original, que estaba basado en la defensa de la diversidad y la pluralidad”, señala la declaración.
Líbano adoptará medidas para proteger a sus medios
Por su parte, el Líbano “adoptará medidas para proteger sus canales y garantizar su libertad”, señaló una declaración del Consejo Nacional de los Medios, que se reunió el martes para discutir la decisión de Arabsat de suspender las emisiones de Al Manar y Al Mayadin por su satélite.
Al encuentro acudieron los directores de varios canales libaneses y el ministro de Información Greg Ramsey. El director del Consejo, Abdel Hadi Mahfuz, señaló que el Líbano “continúa firme en defensa de las libertades y de sus medios frente a cualquier agresión”. El Consejo señaló que la libertad de expresión es practicada en el Líbano en el marco del Estado de Derecho.
El ministro de Información mostró su solidaridad con Al Manar y Al Mayadin y dijo que “discutiremos formas de abordar lo que ha sucedido con los dos canales y cómo proteger a los medios libaneses que continúan siendo un faro que brilla en el mundo árabe”. “Discutiremos con el primer ministro, Tammam Salam, los pasos que debe ser dados y que conduzcan a un resultado. No es bastante con mostrar la solidaridad, sino que debemos tomar medidas para proteger a los medios”.