Más de nueve meses después del inicio de la guerra contra Yemen, Arabia Saudí sufre, a pesar de los miles de millones de dólares gastados en ella, una terrible derrota, tanto estratégica como militar.

Más de nueve meses después del inicio de la guerra contra Yemen, Arabia Saudí sufre, a pesar de los miles de millones de dólares gastados en ella, una terrible derrota, tanto estratégica como militar.

Peor aún, los aliados de Riad, incluyendo EEUU, comienzan a manifestar signos de fatiga frente a un conflicto que parece eternizarse. Según Al Akhbar, “las conversaciones de paz interyemeníes han comenzado hace una decena de días, bajo la égida del enviado de la ONU, Ismael Ould Cheikh, en Omán. Estas conversaciones prosiguen de forma seria, a diferencia del pasado.

Los países agresores buscan ahora una salida honorable y no establecen ya precondiciones. ¿Cuál es la razón de este cambio de postura?

1 – Las fuerzas yemeníes han anunciado desde hace largo tiempo haber pasado ya de la fase “táctica” de su respuesta a otra fase “estratégica”. A pesar del apagón mediático mantenido por Riad y sus aliados, esta fase estratégica ha dado sus frutos: las fotos de militares saudíes huyendo se extienden cada vez más en los medios alternativos. Muchas imágenes muestran a soldados atemorizados y humillados, que abandonan sus bases y posiciones y se repliegan de forma escandalosa. El Ejército yemení se encuentra ahora bien dentro de las provincias saudíes de Yizan, Nayran y Assir.

2 – La situación en Taiz se ha convertido en desfavorable para la coalición pro-Riad. Las fuerzas de esta coalición han sufrido pérdidas muy importantes a manos de Ansarulá y el Ejército yemení. Estos últimos llevan a cabo combates asimétricos y tienden trampas y emboscadas a las fuerzas de la coalición. Los hospitales de Taiz están llenos de mercenarios y miembros de la coalición.

Las fuerzas del Frente Sur, es decir, los yemeníes sunníes, se niegan a irse a luchar al frente Norte. Aparte de los takfiris, nadie en el Sur quiere a los saudíes y sus aliados. La situación es tal que se acaba de producir una revuelta en el seno de los comandantes pro-Hadi contra este último. En una carta dirigida a Hadi, estos últimos afirman que la guerra de Taiz es inútil y que se trata simplemente de una guerra de desgaste. El texto reconoce el fracaso de la coalición pro-Riad en los ejes de Al Hassab, Al Dagama, Al Mawiya, Nayd Gassim y Al Waziya, en Taiz.

3 – Ciertas tribus pro-Hadi, en Maarib, están a punto de cambiar de posición y dar la espalda al partido de los Hermanos Musulmanes, Islah, y a la persona de Hadi. El jefe de una de las tribus más importantes, Al Shadidi, ha reunido a sus compañeros y les ha pedido cesar la guerra contra el Ejército yemení.

4 – Adén, que es el único bastión de la coalición, es un verdadero infierno, roto entre las fuerzas pro-saudíes y los pro-emiratíes. Los asesinatos y arreglos de cuentas tienen lugar cada día. El Partido Islah no gasta su dinero y espera a que finalice la guerra.

5 – Los mercenarios extranjeros somalíes, sudaneses y colombianos han sufrido pérdidas importantes. El presidente sudanés intenta ahora reducir la misión de sus soldados a una puramente logística.

6 – EEUU intenta ahora poner freno a esta situación y evitar una continuación indefinida de una guerra que no ha logrado ningún resultado. Algunas fuentes afirman que Washington habría advertido al hijo del rey y ministro de Defensa, Mohammed ibn Salman, lanzándole un ultimátum: “Tu tiempo en Yemen se ha acabado. Hace falta poner en orden tu ejército”. La parte norteamericana está extremadamente irritada por el hecho de que el Ejército saudí, dotado de avanzadas armas norteamericanas, se ha convertido en un hazmerreir dentro y fuera de Yemen.

Según fuentes bien informadas, Riad ha entrado en contacto con Ansarulá y ha renunciado a varias de sus antiguas precondiciones. Esta decisión habría sido tomada después de que Irán haya enviado nuevas armas a Ansarulá a través de algunas rutas yemeníes.