El Consejo de Seguridad de la ONU reiteró el viernes que corresponde a los sirios definir el futuro del país.
El Consejo de Seguridad de la ONU reiteró el viernes que corresponde a los sirios definir el futuro del país, en sintonía con los principios de respeto a la soberanía, la independencia y la integridad territorial de los Estados.
En una resolución adoptada aquí por unanimidad, el órgano de 15 miembros fijó acciones concretas para poner fin al conflicto en la nación levantina, al cual se atribuyen en casi cinco años 250 mil muertos y más de 10 millones de desplazados internos y refugiados.
Mediante el texto, el Consejo -presidido este mes por EEUU- pide al Secretario General de la ONU convocar al Gobierno y los opositores para negociaciones de paz, que deberían instalarse a principios de enero.
Asimismo, llama al establecimiento en un plazo de seis meses de "un gobierno creíble, incluyente y no sectario", y de un calendario para la redacción de una nueva Constitución.
La resolución 2254 también insta a la celebración de "unas elecciones libres y justas, de conformidad con la nueva Constitución", dentro de 18 meses.
De acuerdo con el documento, el proceso para detener el conflicto en Siria demanda un alto el fuego nacional, que entraría en vigor con el comienzo de las pláticas entre los actores de la crisis.
Al respecto, aboga por la creación de mecanismos dirigidos a verificar el cese de las hostilidades.
En el caso del terrorismo, la iniciativa ratifica el compromiso con el combate al Estado Islámico, el Frente al Nusra y otras organizaciones extremistas, en sintonía con resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad.
Además, exige el cese de los ataques a la población civil y todas las facilidades para garantizar la asistencia humanitaria a las víctimas de los enfrentamientos.
Pese a la unanimidad presente a la hora de votar el texto, la reunión demostró una vez más las diferentes posturas entre occidente y sus aliados y Rusia.
El secretario norteamericano de Estado, John Kerry, el canciller francés, Laurent Fabius, y el secretario de Estado para Asuntos Exteriores del Reino Unido, Philip Hammond, insistieron en sus ataques al presidente sirio, Bashar al Assad, y en el llamado a apartarlo del futuro político del país.
Desde el inicio del conflicto, esas potencias no han ocultado sus intenciones de cambio de régimen para Damasco, apoyadas por Arabia Saudí, Turquía y otras naciones de la región.
Por su parte, el canciller ruso, Serguei Lavrov, defendió la tesis reflejada en la resolución, en el primero de sus 16 puntos, de que corresponde a los sirios definir el futuro del país, incluyendo quien será la figura de su presidente, sin injerencia externa.
Lavrov dijo que todas las partes están de acuerdo en que los terroristas no pueden participar en las negociaciones sobre el futuro de Siria.
La adopción de la resolución abre la posibilidad de crear un frente antiterrorista unido en Siria, se felicitó Lavrov.
Las intervenciones de los ministros y diplomáticos reunidos en el Consejo tuvieron en común el reconocimiento de que no existe solución militar para el conflicto y de la urgencia de derrotar al terrorismo.