La sociedad estatal China Railway Corporation (CRC) propuso el mes pasado la construcción de una línea de trenes rápidos que una la China occidental con Irán.
El levantamiento de las sanciones contra Irán, que se espera tenga lugar en un plazo muy breve, abre muchas perspectivas y no sólo para las compañías europeas. En este sentido, la sociedad estatal China Railway Corporation (CRC) propuso el mes pasado la construcción de una línea de trenes rápidos que una la China occidental con Irán, uno de sus principales socios en Oriente Medio. Esto es lo que ha señalado el periódico gubernamental China Daily.
A lo largo de 3.200 kms, este trozo de ferrocarril unirá Urumqi, la capital de la provincia china de Xinjiang, con la capital iraní, Teherán. El tren realizará paradas en Almaty (Kazajistán), Bishkek (Kirguistán), Tashkent y Samarkanda (Uzbekistán) y Ashgabat (Turkmenistán). Los trenes viajarán a 300 k/h y transportarán pasajeros y mercancías.
Este tren rápido será un complemento de las actuales redes que existen en la región, confirmó He Huawu, ingeniero jefe de CRC. Para él, ha llegado el momento de acabar con la incompatibilidad entre las diferentes anchuras de las vías de la región (1,52 metros) y las que se emplea en China y en el 60% del mundo (1,43 metros). Una unificación de las vías permitirá poner fin a las largas esperas en las fronteras.
La nueva Ruta de la Seda
Para China, el integrar a Irán en su proyecto de nueva Ruta de la Seda tiene, ante todo, una importancia económica. Aunque esta propuesta no sea aún oficial, ella es sólo el último eslabón de la cadena de proyectos concebidos para incrementar la conexión entre China y el Asia Central y Occidental a través de varias rutas de carretera, ferrocarriles, aeropuertos y gaseoductos.
“Para China, el construir líneas de trenes rápidos en otros países es algo estratégicamente atractivo puesto que esto se integra en sus esfuerzos para expandir su economía”, señaló Rajiv Biswas, economista jefe para la región de Asia y el Pacífico del grupo IHS, a la emisora Deutsche Welle. “Irán, que es un gran productor de petróleo y gas, debería jugar un gran papel en asegurar la seguridad energética de China”, precisó Biswas.
“China ha mantenido relaciones comerciales con Irán a pesar de las sanciones y las compañías chinas han invertido allí masivamente en la industria, los bienes de consumo y la energía”, señaló, por su parte, Michael Meidan, un experto de la Chatham House de Londres.