Tras el fracaso de EEUU en la presentación de un proyecto de resolución contra Siria, Arabia Saudí, el incondicional amigo árabe de Washington, ha acudido en su ayuda.
Tras el fracaso de EEUU en la presentación de un proyecto de resolución contra Siria, Arabia Saudí, el incondicional amigo árabe de Washington, ha acudido en su ayuda.
Arabia Saudí presentó el viernes a los miembros de la Asamblea General de la ONU un proyecto de resolución similar al escrito presentado previamente por los occidentales y cuyo contenido fue objeto del veto de Rusia y China la semana pasada por estimar que no era equilibrado y no condenaba la violencia de la oposición siria.
Este texto “apoya plenamente” el plan elaborado por la Liga Árabe el mes pasado mes, que proponía en particular la salida del poder de Bashar al Assad como solución al conflicto de 11 meses.
El texto responsabiliza además de la violencia a las autoridades sirias. El proyecto también invita al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a nombrar un enviado especial a Siria, una propuesta sugerida esta semana por el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi.
Las resoluciones de la Asamblea General, compuesta por 193 miembros, no tienen ningún valor jurídico vinculante. Sin embargo, si se aprueba el nuevo texto, que será discutido el lunes, esto aumentaría la presión diplomática sobre Assad y su gobierno.
Poco antes, el rey saudí, Abdulá bin Abdelaziz, declaró en un discurso en la televisión saudí que “la confianza en las Naciones Unidas se había visto sacudida por el veto ruso y chino” y dijo que éste “no augura nada bueno.”