Los europeos recelan desde hace tiempo de Arabia Saudí un país que exporta la ideología extremista wahabí y el terrorismo, que está golpeando en los últimos meses el territorio europeo.
Los europeos recelan desde hace tiempo de Arabia Saudí un país que exporta la ideología extremista wahabí y el terrorismo, que está golpeando en los últimos meses el territorio europeo, en especial los atentados de París. En este sentido, los observadores europeos han sido rápidos en condenar la reciente ejecución del dignatario religioso Sheij Nimr al Nimr, junto a otras 46 personas, muchas de ellas disidentes políticos.
Muchos europeos muestran preocupación por las políticas saudíes y su impacto negativo en Oriente Medio, en especial su apoyo a los grupos terroristas y takfiris. En los últimos meses, las ejecuciones saudíes y los castigos físicos, impuestos a menudo a personas acusadas de delitos de opinión -incluyendo la de un bloguero saudí que se ha convertido en una causa célebre en Europa- se ha convertido en un elemento de crítica hacia la monarquía saudí, señala el periódico The New York Times.
Muchos políticos europeos han cuestionado la política de los gobiernos del continente de vender armas al régimen saudí porque creen que ellas pueden servir para alimentar conflictos o incluso reprimir al propio pueblo saudí. La opinión pública europea recela también del apoyo y financiación saudí a predicadores wahabíes y salafistas que han contribuido a extender el extremismo por el continente.
En contraste, Irán se ha convertido de repente en un objeto de simpatía en comparación con Arabia Saudí. Irán es visto como un país islámico que lucha contra el terrorismo y promueve la moderación. Hay que tener en cuenta también aquí la firma del acuerdo nuclear, su rápida aplicación por Irán y la esperada llegada masiva de inversores europeos a Teherán. En este sentido, Rainer Hermann, un experto sobre Oriente Medio, escribió una columna en el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung donde advierte que Arabia Saudí podría estar intentando hacer descarrilar el acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 con sus políticas provocativas.
La mayor parte de los europeos culpan a Arabia Saudí del estallido de la crisis entre esta última e Irán por ejecutar al clérigo Sheij Nimr al Nimr. La crisis ha escalado hasta la decisión saudí de romper las relaciones diplomáticas con Irán. Carl Bildt, antiguo primer ministro sueco que fue un personaje central en la resolución del conflicto de los Balcanes en los años noventa, advirtió en Twitter que la decisión de ejecutar al clérigo no casa bien con la propia estabilidad del reino y calificó la decisión de Arabia Saudí de cortar las relaciones con Irán como “un acto profundamente equivocado”.
Suiza ha convocado al encargado de negocios de Arabia Saudí para expresar su rechazo a la ejecución de 47 personas, incluyendo la de Sheij Nimr al Nimr.
En una declaración publicada por su Ministerio de Exteriores el lunes, Suiza también subrayó su oposición a la pena de muerte y llamó a todos los gobiernos de la región a “rebajar tensiones y evitar provocaciones”.
El vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, ha advertido a Arabia Saudí que Alemania va a revisar sus ventas de equipos militares a Riad tras la ejecución masiva de 47 personas en el reino.
“Debemos revisar ahora si en el futuro tendremos que adoptar una política más crítica” sobre la venta de armas a Arabia Saudí, dijo Gabriel, que es también ministro de Economía de Alemania.
Alemania se abstuvo ya en el pasado de vender fusiles de asalto Heckler & Koch G36 y otras armas ofensivas a Arabia Saudí.
El Ministerio de Exteriores francés deploró las ejecuciones llevadas a cabo en Arabia Saudí y la alta representante de la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, dijo que aquellas tenían el potencial de inflamar aún más las tensiones sectarias, que ya han causado un gran daño a toda la región.
En un editorial, el diario Le Monde señaló que Francia suministra armas a Arabia Saudí, pero ha mejorado también sus vínculos con Irán, cuyo presidente, Hassan Rohani, había planeado visitar Francia en noviembre, pero tuvo que posponer la visita debido a los atentados de París.
Reprieve, una organización pro derechos humanos británica, ha criticado al primer ministro David Cameron por reaccionar de una forma tibia ante las ejecuciones saudíes señalando que el gobierno de Londres “no puede hacer la vista gorda ante tales atrocidades”.
Según Vali R. Nasr, el decano de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados John Hopkins de Washington y experto en los temas shiíes y sunníes, la opinión occidental se decanta ahora en favor de Irán, en parte por el deseo de Europa de aproximarse a ese país. Por otro lado, los europeos sienten repulsión hacia las decapitaciones y crucifixiones en Arabia Saudí, que no sólo se aplican en el caso de asesinatos, sino a otros actos como la magia, la apostasía, etc.
Los europeos ven con malos ojos también la guerra de Yemen, la negativa saudí a detenerla y sus crímenes contra civiles en ese país. La ejecución de un líder religioso por manifestar su opinión es algo intolerable también a sus ojos.
“Los europeos creen -y también lo hace la Casa Blanca- que los saudíes no quieren una reconciliación con Irán y buscan excluir a este país de todas las discusiones regionales y provocarle para que emprenda una acción que descarrile su acuerdo nuclear con los países occidentales”, señala Nasr. “Esta crisis fue iniciada por los saudíes y Riad fue rápida en romper sus relaciones, lo que significa el fin de caulquier compromiso regional, como por ejemplo las conversaciones de Viena sobre Siria”.