Siria denunció el lunes en Naciones Unidas una campaña mediática para desacreditar al Gobierno de cara a las conversaciones de paz de finales de mes en Ginebra.

Siria denunció el lunes en Naciones Unidas una campaña mediática para desacreditar al Gobierno de cara a las conversaciones de paz de finales de mes en Ginebra, bajo el argumento de que utiliza el hambre como un arma de guerra.

En declaraciones a la prensa desde la tribuna del Consejo de Seguridad, el embajador sirio ante la ONU, Bashar Yaafari, desmintió reportes de que en Madaya, en Damasco Campo, murieran varias personas por falta de alimentos, y de que las autoridades bloqueen la asistencia humanitaria a esa y otras localidades sitiadas.

Mienten de manera deliberada algunos miembros del Consejo y canales de televisión, que buscan el desprestigio del Gobierno, tal y como hicieron en el contexto de anteriores consultas en Ginebra y Moscú entre representantes del Ejecutivo y opositores, declaró.

Se espera que el 25 de enero las partes en conflicto dialoguen en la ciudad suiza con la facilitación de Naciones Unidas, en sintonía con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad, que el mes pasado fijó una hoja de ruta para detener la violencia imperante en el país levantino desde marzo de 2011.

De acuerdo con Jaafari, algunas potencias occidentales y sus aliados en la región del Medio Oriente no están contentos con el compromiso de Damasco con el diálogo entre sirios para poner fin al conflicto, escenario que afecta sus planes de cambio de régimen.

El diplomático aseguró que el Gobierno ha despachado ayuda humanitaria a zonas bajo el asedio de grupos terroristas y solicitado a la ONU el envío de mayor asistencia.

Hoy llegaron 65 camiones con ayuda a Madaya, en Damasco Campo, y Kefraya y Fouaa, en Idlib, destacó.

Según el embajador, el principal problema en esas ciudades y poblados, y en otros azotados por la guerra, es el robo, el saqueo y el desvío de la asistencia por parte de los terroristas del Estado Islámico, el Frente al Nusra y grupos asociados.

Las medicinas y alimentos terminan en poder de las bandas, que luego las venden a precios inaccesibles para las personas necesitadas, advirtió.

Yaafari reiteró la disposición de Siria a permitir el ingreso de ayuda humanitaria, sin descuidar los temas de seguridad.

Para nosotros es una prioridad que las organizaciones encargadas de trasladar y entregar la asistencia lo hagan en un entorno lo más seguro posible, así como evitar que los suministros caigan en manos de los extremistas, afirmó.

El diplomático condenó las acusaciones a Damasco de permitir que la población muera de hambre en zonas controladas por opositores y terroristas.

Protegemos al pueblo sirio, quienes nos acusan ignoran las causas de las penurias de las personas: el terrorismo, las sanciones económicas impuestas desde el exterior y el empeño en el cambio de régimen, sentenció.

A partir de reportes circulados aquí sobre la situación humanitaria en Madaya, el Consejo de Seguridad celebró una reunión de emergencia, convocada por España y Nueva Zelanda, dos de sus 10 miembros no permanentes.