El jefe del Ejército turco ha ordenado a sus unidades de guerra que pasen a un tipo excepcional de servicio en razón de la llamada “alerta naranja”, desencadenada en el país.

El jefe del Ejército turco ha ordenado a sus unidades de guerra que pasen a un tipo excepcional de servicio en razón de la llamada “alerta naranja”, desencadenada en el país.

Las bases aéreas subordinadas al Mando del Ejército del Aire turco han pasado a dicho nivel, según la agencia turca Anadolu Ajansi, que cita fuentes militares.

“Este alto nivel de alerta en las bases aéreas de la aviación militar turca significa que hace falta estar preparado”, incluyendo una respuesta inmediata de los pilotos sin ningún acuerdo con el Mando”, indicó el medio turco.

De este modo, Turquía ha realizado este anuncio “de una forma casi oficial a todo el mundo”, precisa el periódico turco Milliyet.

Existen tres niveles de alerta en las fuerzas armadas turcas: “blanco” (débil riesgo de ataques), “amarillo” (riesgo medio de ataques) y “rojo” (alto riesgo de ataques, incluso la guerra).

Hay, sin embargo, un nivel suplementario “naranja” que se aplica al Ejército del Aire turco. Este nivel significa que el enfrentamiento puede tener lugar en cualquier momento y que las fuerzas deben estar preparadas para llevar a cabo tareas defensivas y pasar también al ataque.

En diciembre de 2015, poco después del derribo del avión ruso Su-24, Turquía desencadenó su última “alerta naranja”. Las fuerzas aéreas turcas estuvieron colocadas en alerta avanzada en la provincia turca de Diyarbakır.

La declaración de esta alerta se desencadenó el 30 de enero cuando el Ministerio turco de Relaciones Extranjeras declaró que un avión militar ruso había violado el espacio aéreo turco.

El Ministerio de Defensa ruso rechazó, por su parte, categóricamente estas alegaciones turcas.

“Ninguna violación del espacio aéreo turco tuvo lugar por parte de aviones de las fuerzas aeroespaciales rusas en Siria. Las declaraciones turcas sobre esta pretendida violación por un Su-34 ruso son sólo pura propaganda”, afirmó el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov.

La OTAN, de la que Turquía es miembro, confirmó la versión turca afirmando que el sábado se había producido “una nueva violación del espacio aéreo turco por un avión ruso”.

Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, puso en guardia a Rusia contra las “consecuencias” de estos “actos irresponsables”. Ankara convocó el viernes al embajador ruso, Andrei Karlov, para expresarle su “firme condena” por la presunta violación. “Esta violación es una nueva indicación de que Rusia actúa para crear problemas a pesar de las advertencias claras de nuestro país y la OTAN”.

La Alianza pidió, por su parte, a Turquía que “respete plenamente el espacio aéreo de la OTAN”, afirmó en un comunicado publicado en Bruselas por el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, que añadió que “Rusia debe tomar todas las medidas necesarias para impedir que tales violaciones se repitan”. El comunicado también llama a “la calma y la serenidad”. La OTAN, sin embargo, ha guardado silencio sobre las violaciones del espacio aéreo sirio por parte de los aviones turcos en los últimos cinco años.

Por su parte, algunos medios turcos han señalado que este nuevo incidente, real o falso, que implica a un avión ruso tiene lugar en un momento en el que se han multiplicado las advertencias de que Turquía podría llevar a cabo una agresión en el norte de Siria, en especial contra los kurdos sirios. Sin embargo, la presencia rusa en Siria, y en especial su fuerza aérea, es vista como un obstáculo fundamental que impide a Erdogan tomar la decisión de invadir el país vecino.

Las tensiones en la frontera siria y concretamente con Rusia afectarán negativamente a Turquía desde el punto político, económico y militar. Sin embargo, no tendrán influencia sobre las operaciones militares rusas, sino que, por el contrario, llevarán a un incremento de su intensidad.