Los palestinos y los israelíes están cada vez más convencidos de que la solución de los dos estados ya no es viable.
Los palestinos y los israelíes están cada vez más convencidos de que la solución de los dos estados ya no es viable, debido a la política israelí de construcción de asentamientos en la Cisjordania y el Jerusalén Este ocupados.
Según los planes palestinos, Jerusalén Este debería convertirse en la capital del estado palestino creado en las fronteras de 1967. Sin embargo, la solución de dos estados no ha sido nunca una opción sería en la mente de los gobernantes y ciudadanos de la entidad sionista. Israel permitió la creación de una autoridad palestina sólo por razones de seguridad y económicas en Cisjordania y la Franja de Gaza.
De este modo, Israël pudo sustraerse a la responsabilidad legal, como estado ocupante, de suministrar a los palestinos alimentos, medicinas, educación y otras necesidades. Israel mantuvo un control total de la llamada Zona C, que cubre dos tercios de Cisjordania, sin tener que asumir los costes de la ocupación de las zonas más pobladas. También conservó el control de los puntos fronterizos, Jerusalén, el espacio aéreo, las fuentes acuíferas y otros recursos palestinos.
En este contexto, las declaraciones del Presidente estadounidense, Barack Obama, al primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, según las cuales ya no es posible volver a las negociaciones entre palestinos e israelíes durante el resto de su mandato presidencial podrían ser interpretadas como el abandono por parte de Washington del proceso político en Oriente Medio, que lleva muerto varios años debido a la falta de voluntad de Occidente presionar a Israel para que detenga sus construcciones en los asentamientos.
Las declaraciones de varios responsables y analistas estadounidenses se muestran de acuerdo en que la solución de dos estados no existe, no sólo en la agenda israelí si no también en la agenda internacional. Hace varios días, el antiguo secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger manifestó que el establecimiento de un estado palestino "ya no es una opción viable y no ofrece ninguna ventaja". Él utilizó como argumento de esta afirmación la desintegración de algunos países árabes y el control por parte del EI de zonas de esos países. Él se hizo eco así de la propaganda israelí, que afirma que un estado palestino podría caer "en manos del EI u otros movimiento extremistas".
Se especula entonces si la solución puede ser "un sólo estado para dos pueblos". El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, evocó esta posibilidad en el Forum Saban, lo que pudo ser entendido como el reconocimiento del fracaso de los esfuerzos internacionales en favor de la solución de dos estados.
La solución de un estado es temida por Israel porque podría llevar a una mayoría árabe dentro de la entidad sionista y la existencia de una gran masa de población palestina pondría fin al sueño sionista de un estado judío. En el caso de negar los derechos a los palestinos, esto crearía un régimen de apartheid similar al que existió en Sudáfrica y crearía una situación sin precedentes en el mundo actual, que llevaría a una creciente campaña internacional contra el régimen sionista.
Cabe señalar que muchos palestinos consideran la solución de un estado como algo ideal, ya que permitiría el retorno de los refugiados palestinos a la Palestina histórica, que iba del Río Jordán al mar. Algunos palestinos creen también que un estado palestino en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este sería demasiado pequeño para albergar a la gran masa de población palestina.
Israel tiene aprobadas leyes discriminatorias contra los árabes israelíes, ciudadanos árabes del estado israelí. Estas leyes han abolido varios derechos individuales y colectivos de aquellos, incluyendo la reciente prohibición de la rama norte del Movimiento Islámico, pese a que constituyen la comunidad autóctona, y no los judíos israelíes, que proceden de numerosos lugares del mundo y cuyos vínculos familiares se sitúan en otra parte. Los árabes israelíes no pueden recibir tampoco tierras públicas a diferencia de los judíos.
De momento, sin embargo, los israelíes no desean tampoco una solución de un estado. Su plan consiste en mantener aislados a los palestinos en unos centros de población, al estilo de guettos, en Cisjordania, rodeados por un gran número de asentamientos judíos y por una fuerte presencia militar israelí y divididos por muros de separación y rutas por las cuales sólo los colonos judíos pueden transitar. Al mismo tiempo, el gobierno israelí busca llevar a cabo una limpieza étnica de los palestinos en Jerusalén.