Los líderes africanos han endorsado una propuesta de Kenia para retirarse del Tribunal Penal Internacional (TPI).
Los líderes africanos han endorsado una propuesta de Kenia para retirarse del Tribunal Penal Internacional (TPI).
Ellos consideran que el tribunal trata de forma injusta a los líderes africanos, algunos de los cuales han sido formalmente acusados por el TPI, sin que éste tome medidas contra las violaciones de los derechos humanos en otras partes del mundo.
Esta decisión, que fue tomada por la Unión Africana, es una propuesta a los estados miembros para que creen “una hoja de ruta para la retirada de las naciones africanas” del tribunal, según una declaración presidencial keniata.
“En otras partes del mundo, muchas cosas ocurren -muchas flagrantes violaciones de los derechos humanos-, pero a nadie le importa”, dijo el presidente del Chad, Idriss Deby, que ha sido elegido recientemente presidente de la Unión Africana.
La decisión de abandonar el tribunal no es legalmente vinculante y corresponde a cada estado el denunciar el Estatuto de Roma, que estableció el TPI.
El TPI fue creado hace más de una década en un intento de llevar ante la justicia a criminales de guerra y perpetradores de genocidios, que nunca habrían sido juzgados en sus países.
El Tribunal ha lanzado hasta ahora investigaciones sobre ocho estados africanos: Kenia, Costa de Marfil, Libia, Sudán, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Uganda y Mali.
El último caso relativo a un líder africano ha sido el juicio al antiguo presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, por crímenes de guerra en enero.
Sin embargo, este nuevo juicio ha llevado a las naciones africanas a arrojar dudas sobre el sistema de justicia internacional afirmando que el TPI trata de forma injusta a las naciones africanas.
“Nos negamos a continuar embarcados en un vehículo que se ha desviado del curso en perjuicio de nuestra soberanía, seguridad y dignidad como africanos”, dijo el presidente keniata, Uhuru Kenyatta, en una declaración.
Él estuvo implicado en un caso fallido en el tribunal por haber fomentado a propósito supuestamente la violencia post-electoral en Kenia en los años 2007-2008.
En noviembre de 2015, el ministro de Exteriores de Etiopía, Tedros Adhanom, dijo que el TPI “ya no es un tribunal de justicia” sino político.