24-11-2024 04:15 AM Tiempo de Jerusalén

EEUU y sus aliados buscan la división de Iraq

EEUU y sus aliados buscan la división de Iraq

La batalla contra los terroristas takfiris del EI prosigue en Iraq y las derrotas acumuladas por estos últimos se han convertido ya en innumerables.

La batalla contra los terroristas takfiris del EI prosigue en Iraq y las derrotas acumuladas por estos últimos se han convertido ya en innumerables.

Estos acontecimientos han obligado a EEUU a acelerar su proyecto primordial para la región, es decir, la división de los países árabes en base a criterios étnicos o confesionales.

Tras haber promovido la construcción de una larga trinchera en el norte de Iraq, que debería servir de frontera para el nuevo estado kurdo, como los propios kurdos han revelado, otro nuevo desarrollo no menos peligroso acaba de producirse, ésta vez en referencia a los sunníes de Iraq.

Azil Nuyeifi, el gobernador de Mosul que fue destituido de sus funciones por haber apoyado la entrada de los terroristas del EI en la ciudad, acaba de desvelar que “los sunníes de Iraq” tendrán a partir de ahora una “representación en Washington”.

Es este mismo Nuyeifi el que dirige la llamada “movilización nacional”, que pretende querer “liberar” las provincias de Nínive y de Anbar del EI con el apoyo turco y una cobertura norteamericana sobre el terreno.

Este antiguo funcionario fue claro en sus declaraciones, recogidas por el sitio Shafaq News. “Esta representación tiene como misión la de informar a la comunidad internacional el “sufrimiento de los sunníes” en Iraq, “víctimas de la marginación y exclusión”.

Nuyeifi estimó que “la creación de provincias, incluyendo la provincia sunní en el oeste de Iraq, es un derecho garantizado por la Constitución”. Él negó haber oído hablar de una propuesta norteamericana que incluiría la creación de bases militares estadounidenses en Iraq a cambio del apoyo de EEUU a un estado independiente sunní”.

Este anuncio de una “representación sunní” en Washington intenta consagrar la división efectiva de Iraq y asegura una tribuna fuera del país para expresar los puntos de vista de un cierto colectivo iraquí, que está siendo explotado por los norteamericanos, turcos y saudíes para servir a sus intereses.

Esto se enmarca también dentro de las políticas saudíes de atizar el odio sectario y confesional contra los shiíes en la región.

Los saudíes quieren la “entrada de una coalición árabe” en Iraq para reemplazar al EI en las regiones del país que sean liberadas con el fin de evitar que las Fuerzas de Movilización Popular, las milicias shiíes, liberen estos territorios. EEUU intenta en este sentido disolver esas fuerzas o, al menos, impedirles participar en la liberación de Nínive. En su lugar, se desplegarían fuerzas estadounidenses y kurdas en las regiones liberadas del EI en Iraq y Siria.

La posición de los bloques parlamentarios pro-saudíes y pro-turcos no es fortuita. Ellos plantean el eslogan de “la defensa de los sunníes oprimidos” para justificar la formación de una coalición que incluya a Arabia Saudí y Turquía e incluso Israel y extienda su influencia en Iraq con el fin de contrarrestar la influencia de Irán.

Ellos intentan también cortar en lo posible la vía terrestre que comunica al Hezbolá libanés con Irán.

Y todo ello sin contar con el gobierno de Bagdad.

“Algunos quieren hacernos caer de nuevo en la división, pero no lo lograrán”, señaló recientemente el primer ministro iraquí Haider el Abadi. Bagdad cuenta con el apoyo de Irán, que ha dejado claro que actuará para bloquear los planes de división de Iraq.

Por su parte, el portavoz de las Fuerzas de Movilización Popular, Ahmad al Assadi, precisó que “varias partes internacionales, regionales e interiores llevan cabo un proceso dirigido a desestabilizar Iraq”. “Algunos aprovechan la lucha contra el EI para implementar una peligrosa agenda fundada en la división sectaria, lo cual puede llevar al país a una guerra destructiva”.