El embajador ruso en la ONU, Vitali Churkin, ha acusado a EEUU de fijar los objetivos de los ataques en Yemen y de proporcionar a Arabia Saudí un apoyo militar.
Un cambio importante se ha producido en la postura de Rusia con respecto a la crisis yemení con su petición de discutir este conflicto una vez por semana en el Consejo de Seguridad. Hasta ahora, Rusia parecía inclinarse por la neutralidad en ese tema.
Sin embargo, en la pasada semana, tras las acusaciones saudíes y occidentales contra Rusia, a la que aquellos acusaron sin pruebas de “atacar a civiles” en Siria, y después de la obstrucción por parte de Riad de las conversaciones de Ginebra algo ha cambiado.
Según un diplomático en Nueva York, citado por el diario libanés Al Akhbar, Moscú no estaba preocupada por los temas yemeníes; de ahí la sorpresa de ver a Rusia resuelta a lanzarse a una guerra diplomática contra Arabia. Rusia ha manifestado que “la mayor parte de las ofertas de paz saudíes se han evaporado”.
En este contexto, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para discutir la situación en Yemen. Moscú ha insistido en la importancia de prestar atención a la situación en ese país, donde las condiciones humanitarias se han deteriorado hasta niveles intolerables.
El embajador ruso en la ONU, Vitali Churkin, ha acusado a EEUU de fijar los objetivos de los ataques en Yemen y de proporcionar a Arabia Saudí un apoyo militar, con armas y municiones, y de inteligencia para que Riad pueda proseguir su guerra.
El Consejo de Seguridad podría elaborar una declaración que consagre los acuerdos adoptados anteriormente por la ONU. El Comité de Expertos de las Naciones Unidas podría pedir también que se extienda la prohibición de suministrar armas al bando del Ejército yemení y el movimiento Ansarulá a Arabia Saudí, que comete crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad contra civiles, según un reciente informe de la propia ONU, incluyendo ataques a hospitales, monumentos e infraestructuras civiles.
Los miembros del Consejo parece estar de acuerdo en aprobar una decisión que llame a cesar las hostilidades y volver a la mesa de negociaciones sin condiciones previas, algo aceptable para todos ellos en las circunstancias actuales.