Fuentes bien informadas han confirmado al diario palestino Al Manar que cientos de terroristas han comenzado a abandonar el territorio sirio y buscan ahora otros países donde asentarse.

Fuentes bien informadas han confirmado al diario palestino Al Manar que cientos de terroristas han comenzado a abandonar el territorio sirio y buscan ahora otros países donde asentarse. Un gran número de ellos han logrado entrar en Jordania y en Turquía para escapar del avance de las fuerzas del Ejército sirio.

Según dichas fuentes, varios líderes del EI han huido hacia Libia, donde esperan encontrar un ambiente propicio. El EI ha estado incrementando sus operaciones en dicho país norteafricano, donde ha experimentado un crecimiento importante en los últimos años.

Según la agencia iraní Fars News, entre los que han huido a Libia estaría el propio líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, que habría viajado desde Turquía, donde estuvo hospitalizado por las heridas recibidas durante un ataque aéreo en Iraq, hacia la ciudad libia de Sirte.

Fuentes libias dijeron a la agencia que Bagdadi está ahora en Sirte, una ciudad controlada por los grupos takfiris tras la intervención de la OTAN que derrocó al líder libio Muammar Gadafi en 2011.

Los terroristas jordanos han regresado a sus hogares en Jordania, donde están bajo la vigilancia de los servicios de seguridad, que temen su regreso, pero que obran con cautela porque no quieren chocar abiertamente con las tribus a las que aquellos pertenecen.

Algunas fuentes privadas manifestaron al diario palestino que los príncipes saudíes y oficiales de inteligencia del Emirato de Qatar han estado deambulando por las fronteras de Turquía y Jordania con Siria con el fin de contratar a estos terroristas con otras misiones, incluyendo acciones contra adversarios políticos en los conflictos internos de las familias reales de los países del Golfo Pérsico.

El periódico añade que la huida de los terroristas de Siria y su derrota frente a los ataques del Ejército sirio y sus aliados suponen un duro golpe para los regímenes turco, saudí y qatarí, los patrocinadores del terrorismo en Siria y la región, que temen ahora el colapso de los grupos a los que han suministrado apoyo en forma de dinero y armas durante más de cuatro años.