Fuentes de seguridad iraquíes revelaron que Washington estaba ejerciendo presiones sobre el gobierno de Bagdad con el fin de disolver las fuerzas populares.
El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, ha señalado que las Fuerzas de Movilización Popular (milicias populares shiíes) van a tomar parte en la liberación de Mosul junto a las tropas del Ejército.
Hablando al Parlamento el sábado, Abadi dijo que las fuerzas de voluntarios ayudarán al Ejército iraquí a liberar la ciudad del grupo terrorista EI. Esto puso fin a los rumores de diferencias entre Abadi y las FMP motivadas por las presiones de EEUU sobre el primer ministro.
Entretanto, un alto comandante de las fuerzas de voluntarios iraquíes subrayó que sus fuerzas están determinadas a tomar parte en la liberación de la ciudad de Faluya y dijo que ellas ignorarán las presiones norteamericanas para impedirles hacerlo.
“EEUU y algunos políticos pro-estadounidenses intentan ejercer presiones sobre el gobierno iraquí para impedir que las FMP entren en la ciudad de Faluya. Sin embargo, las fuerzas de voluntarios no van a ceder tales tales presiones”, dijo Hassan al Sari a Fars News.
Él subrayó que algunas figuras políticas iraquíes están presionando a las fuerzas de voluntarios para que no tomen parte en estas operaciones siguiendo las órdenes de EEUU.
“Las fuerzas de voluntarios nunca se plegarán a las demandas de unos pocos individuos mal intencionados de Iraq, que están vinculados al EI”, dijo el comandante iraquí.
Otros comandantes de las FMP (Hashid al Shaabi) reiteraron que están determinados a continuar su dura lucha contra el EI y ayudar a tomar Mosul, en el norte de Iraq.
“Estamos comprometidos con la decisión del gobierno iraquí de que las FMP jueguen un papel activo contra los terroristas takfiris en Mosul”, dijo el portavoz del Movimiento Ansarulá al Nuyaba de Iraq, Hashim al Musawi, a Fars News el miércoles.
“EEUU y algunas agencias de espionaje regionales están intentando impedir la participación de las fuerzas populares a la guerra contra el EI, pero no lo lograrán”, añadió Al Musawi.
A principios de febrero, fuentes de seguridad iraquíes revelaron que Washington estaba ejerciendo presiones sobre el gobierno de Bagdad con el fin de disolver las fuerzas populares o al menos impedirles tomar parte en la guerra contra el EI, pese a que ellas han desempeñado el papel principal en la guerra contra el terrorismo en el país.
“El gobierno norteamericano transmitió al gobierno iraquí, a través de los canales diplomáticos, el mensaje de que no hay necesidad de las fuerzas de Hashid al Shaabi y que su papel debería finalizar”, dijo una alta fuente iraquí, que habló bajo la cobertura del anonimato, a Fars News.
Al mismo tiempo, varios medios occidentales iniciaron una campaña contra las FMP. El portavoz de Hashid al Shaabi dijo en este sentido que las fuerzas populares hacían frente a un intento de dañar su imagen vinculándola al sectarismo.
En realidad, la presencia de las FMP molesta a EEUU porque supone un obstáculo a su proyecto de división de Iraq en tres estados: uno sunní, otro shií y otro kurdo.
¿Milicia takfiri contra el EI?
En este sentido, el anuncio de la aparición del movimiento “Hamas de Iraq”, que formó parte en 2006 de las sahwas (milicias de Anbar que lucharon junto a EEUU contra el grupo terrorista de Al Qaida en la época de la ocupación estadounidense de 2006), ha generado inquietud.
Según el diario libanés Al Akhbar, el Hamas de Iraq es un proyecto que busca reavivar las sahwas y sus integrantes son miembros de tribus sunníes del oeste de Iraq. Este proyecto nace en un momento en el que EEUU ha llevado a cabo esfuerzos serios, pero infructuosos, para disolver a las FMP y potenciar a personalidades favorables a la división de Iraq, un plan esbozado recientemente por el vicepresidente norteamericano, John Biden.
Aunque la aparición de esta milicia, liderada por Abdul Rahman Zaubai, jefe del Consejo de las Tribus de Faluya, ha sido situada en el marco de “la revolución contra el EI, que multiplica las atrocidades contra los habitantes de Al Anbar”, existen hechos preocupantes sobre el terreno.
Desde la ocupación de la región de Faluya por el EI en 2014, muchas voces y notables se elevaron para prestar lealtad a este grupo terrorista, al que veían como una alternativa al Estado. En mayo de 2015, un número de jefes tribales organizaron el “primer congreso de las tribus de Anbar” y en la declaración final ellos dijeron que “el EI se ha venido a instalar a Al Anbar para defender la Verdad y combatir la opresión hacia los sunníes. Aceptamos de buen grado que los hombres del EI nos representen”.
Varias semanas más tarde tuvo lugar el “segundo congreso” de las tribus de Anbar con la participación de los notables de Faluya. Su portavoz dejó claro que “después de lo sucedido en la ciudad de Ramadi, aquella que ha vencido a los cruzados y los rafidíes (un término peyorativo hacia los shiíes), los sheijs, notables e hijos de las tribus felicitan a la población de Al Anbar por la victoria aplastante del EI contra los incrédulos. Nuestras espadas combaten con los soldados del EI contra un solo enemigo. Estamos a bordo del mismo barco y no permitiremos a nadie perforarlo”.
¿Es creíble que estas mismas personalidades estén dispuestas ahora a coger un fusil y pretendan luchar contra el EI? ¿O buscan luchar, en realidad, contra el Estado iraquí?
El líder del llamado “Hamas de Iraq”, el antiguo ministro de Finanzas Rafeh Isawi, está buscado por la Justicia iraquí por su implicación en actos terroristas. Él fue el organizador de la famosa protesta de las tiendas de Ramadi, el incidente que provocó la ofensiva del EI contra el Estado iraquí en 2014. Sus guardaespaldas han confesado la comisión de crímenes siguiendo órdenes de Isawi.
Isawi jugó, junto con el ex vicepresidente iraquí Tariq Hashemí, un papel fundamental en la ofensiva de los milicianos del EI hacia Al Anbar y Nínive.
Él fue anteriormente comandante de las unidades de Faluya y Amiriya en los consejos de las sahwas formados por los norteamericanos a finales de 2006.
Parece ser, pues, que el mismo escenario estadounidense se repite.
El esquema norteamericano está basado ahora en la implicación de las tribus de Anbar en la batalla de Faluya y de otras fuerzas similares en Mosul en los combates contra las milicias del EI a cambio de acuerdos de autonomía para las zonas sunníes, similares al del Kurdistán.
De este modo, las declaraciones estadounidenses sobre la necesidad de implicar a “los sunníes” -en realidad a grupos y dirigentes hostiles al Estado iraquí- en los combates de Iraq y dejar de lado a las FMP no son para nada inocentes.
La creación de una “representación sunní” en Washington y las declaraciones del mando de operaciones conjuntas estadounidense sobre una posible “revolución popular” en Faluya y la existencia de canales de comunicación con las tribus levantadas hacen presagiar acontecimientos muy peligrosos, motivados por los intentos de implementación del proyecto norteamericano-sionista para dividir a Iraq en tres estados.