Unos 5.000 soldados chinos de élite han sido enviados a la zona de guerra de Siria para ayudar a Rusia a combatir al EI. Esta información parece haber horrorizado al Pentágono.
Unos 5.000 soldados chinos de élite han sido enviados a la zona de guerra de Siria para ayudar a Rusia a combatir al EI. Esta información parece haber horrorizado al Pentágono, señala la publicación norteamericana yournewswire.com
Un grupo de las fuerzas especiales chinas, los llamados “Los Tigres de Siberia” o “Los Tigres de la Noche”, ha recibido del Congreso del Pueblo Chino la autorización de desplegarse en Siria después de que China haya aprobado su primera ley antiterrorista, que autoriza a los soldados del Ejército Popular de Liberación a participar en misiones antiterroristas fuera de sus fronteras.
China juzga grave la amenaza que suponen para su seguridad nacional el EI y el servicio de inteligencia turco (MIT). Seymour Hersh, periodista especializado en temas militares norteamericanos, señaló en un reciente artículo que “China considera la crisis siria desde tres perspectivas: la ley y la legitimidad internacional, el posicionamiento estratégico mundial y las actividades de los terrorista uigures, en la provincia occidental de Xinjiang”.
Esta última es fronteriza con ocho países -Mongolia, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, Pakistán e India- y, desde el punto de vista de China, sirve de lugar de paso al terrorismo internacional y a su introducción en China.
Muchos combatientes uigures en Siria son conocidos por ser miembros del Movimiento Islámico del Turkestán Oriental, una organización separatista que quiere instalar un estado independiente uigur en Xinjiang.
El hecho de que ellos hayan sido ayudados por los servicios de inteligencia turcos a pasar de China a Siria atravesando Turquía ha provocado una enorme tensión entre los servicios de inteligencia chino y turco, señala la publicación. China está preocupada por el hecho de que el papel de Turquía en el apoyo a los combatientes uigures en Siria pueda en el futuro extenderse a su acción en el propio Xinjiang, que es otro objetivo de los proyectos expansionistas de Erdogan.