Un barco turco que transportaba armas hacia el Líbano fue interceptado hace dos días por los guardacostas griegos en la Isla de Creta...
En estos pasados días se ha producido un hecho que no puede ser separado de la campaña llevada a cabo por Arabia Saudí y sus aliados contra el Líbano: un barco turco que transportaba armas hacia el Líbano fue interceptado hace dos días por los guardacostas griegos en la Isla de Creta, señaló una cadena de televisión turca.
El barco, proveniente de Turquía y más particularmente del puerto de Izmir, transportaba seis contenedores llenos de armamento, municiones y explosivos.
“El banco fue capturado el domingo a la altura de Creta y fue dirigido al puerto de La Canea (oeste de la isla)”, indicó a AFP un responsable de la Oficina de Prensa de la Policía griega. Un control sobre las armas ha sido realizado por las autoridades desde el martes”, añadió la cadena.
La policía griega arrestó a la tripulación del barco, compuesta por 11 personas, incluyendo 6 sirios, 4 indios y un libanés.
Según Al Akhbar, la interceptación de este barco recuerda otro antecedente, el del barco Lutfullah 2, que fue interceptado por el Ejército libanés en 2012. Este barco llevaba decenas de toneladas de armamento proveniente de Libia con destino al puerto de Trípoli, en el norte del Líbano. Esta región libanesa cuenta con fervientes partidarios del EI y el Frente al Nusra.
El envío de este barco podría ser obra de los servicios de inteligencia turcos, que podrían estar cooperando con los saudíes en un intento de desestabilizar el Líbano.
Estas sospechas existen dentro de los servicios de seguridad libaneses, que explicaron a Al Akhbar que el envío del barco con armas quiere decir que el Líbano está en el punto de mira de los patrocinadores del terrorismo y que algunos de ellos buscan hacer explotar la situación en este país.
Los turcos y los qataríes han estado actuando en regiones del norte del Líbano a fin de consolidar la posición del partido islamista libanés Yamaat Islamiya. El objetivo es desvincularlo de la Corriente del Futuro, dirigida por Saad Hariri, e incitarlo a criticar a este último así como a Hezbolá con el fin de atraerse una base confesional utilizando eslóganes sectarios.